DE LA HISTORIA OLÍMPICA: Racismo en los V Juegos

Estocolmo1912. Quinta edición de los Juegos Olímpicos. Llegan las nadadoras y las clavadistas: reafirman la incorporación de las mujeres. Primeras campeonas de esas disciplinas: la sirena  más rápida Fanny Durack (de Australia) con un minuto y 22 segundos, y dos décimas en los 100 metros libres; en semifinales le dijo adiós al récord mundial con 1: 19.8; em el relevo, las británicas.

Clavadista vencedora: la sueca Greta  Johansson con 39.9 puntos. Arribaron en buen momento: el espíritu olímpico reina aquí. Aunque el racismo golpeará y fuerte, ya lo verá. Las tenistas volvieron:  ases, la inglesa Hannam y la francesa Broquedis.

Los estadounidenses sobresalen otra vez en el atletismo con estrellas como Ralph Craig, señor de los 100 y los 200 planos; Meredith en los 800, el vallista Kelly o el balista Rose. Los fineses les cortan el paso con Hannes Kolehmainen al frente, ganador de  3 premios dorados: en 10 000 y 5 000 metros, y en los 8 000 a campo traviesa individual.. Existen otros contendientes dorados como el  maratonista sudafricano MacArthur, el marchista canadiense Goulding y los representantes de Finlandia Saaristo y Lemming con sus jabalinazos y el discóbolo Taipale.

Ases de diversas disciplinas también consolidan el olimpismo: los esgrimistas Nani,  de Italia, Anspach, de Bégica  y Fuchs, de Hungría; el gimnasta bambino Alberto Braglia, el nadador norteamericano nacido en Hawai Duke Kahanamoku, los luchadores Saarela y Koskelo de Finlandia; y Johansson, y  Ahlgren, de Suecia; de ese mismo país , el uno de los clavadistas: Erick Adlerz.

Pero el mejor de todos y uno de los mejores deportistas de todos los tiempos fue herido por el racismo. Se trata del aborigen norteamericano Jim Thorpe,  vencedor en dos especialidades tremendas con marcas muy por encima de la época: el decatlón y el pentatlón. El estudiante del colegio indio de Carlisle, Pensilvania, fue calificado por el rey Gustavo Adolfo de Suecia como “…el más maravilloso atleta que han visto los siglos”No exageraba. Sin embargo, Brigth Path: indio americano, casado con una blanca, vencedor de blancos de buena posición, no podía ser perdonado.

Y Braigh Path  (Senda Ancha), como se le nombraba en su tribu, poco pudo disfrutar de su éxito: la Unión Atlética Amateur, informada por el Comité Olímpico de Estados Unidos, comunicó a Comité Olímpico Internacional que Jim había cobrado 70 dólares por jugar béisbol en Carolina del Norte. Les fueron arrebatadas sus medallas; hubo dignidad en los rivales que le habían seguido los pasos: no  las aceptaron y se opusieron a la medida. Thorpe, entonces, sí se profesionalizó en béisbol y fútbol de tipo norteamericano; en esta lid fue grande entre los grandes. Hasta el fin de sus días, seguía pidiendo sus preseas.

Los pieles rojas no lo olvidaron y al morir el extraordinario deportista en 1953, le levantaron un monumento. En su base se lee: “A James Thorpe, el más extraordinario atleta del mundo y al que más injustamente se le negó las glorias de su triunfo”. Sus medallas fueron devueltas a sus familiares en los Juegos Olímpicos de Atlanta   y se declaró que o había sido víctima una injusticia.

Pero existe otra barbaridad racista: uno de los hombres más rápidos del mundo era el estadounidense Drew. Clasificó para la final de los cien en Estocolmo 1912 pero no llegó a competir. Su piel era negra y su entrenador, que llevaba a finales 5 de los 6 velocistas, lo encerró en el dormitorio de la Villa y lo declaró enfermo. .Llegó a comentar: “Prefiero que gane un extranjero que un negro aunque sea de mi equipo”.

Contra esas rocas chocaba el olimpismo cotidianamente.

 La tabla de medallas de los Juegos  la encabezó Estados Unidos con 63 medallas (25-19-19), seguida  de Suecia con 64(24-24-17) y Gran Bretaña 41 (10-15-16). Cuba estuvo ausente de la cita.