Atletismo sigue entre los imprescindibles

Atletismo sigue entre los imprescindibles
Fecha de publicación: 
12 Diciembre 2018
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Aunque por debajo en cuanto a propósito competitivo en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, el atletismo cubano volvió a vivir otra temporada con motivos para celebrar, en especial por el surgimiento de nuevas figuras y la confirmación de otras que ya antes habían enviado señales.

En la cita multideportiva del verano fueron 10 las coronas, ocho los segundos lugares y nueve las medallas de bronce, pero más allá de quienes debieron ganar y no lo hicieron, el primer análisis pudiera ser que 26 de los 53 involucrados allí lograron sus mejores marcas de la temporada.

Ese ha sido un problema en los períodos recientes, pero esta vez resultó menos acuciante, pese a que todavía es un factor a mejorar y suele ser la imagen más preocupante en los deportes de tiempos y marcas.

Según el resumen estadístico de Alfredo Sánchez fueron cinco los récords personales registrados, y para solo destacar dos mencionemos los 17,34 metros con que Cristian Nápoles ganó el triple salto o las tres veces que la heptatlonista Adriana Rodríguez se superó en las carreras de 200 metros planos.

Siguiendo el hilo de los Centrocaribes no pueden olvidarse otros momentos como las tres medallas de oro de Rose Mary Almanza (800-1 500-4×400); el título del veterano Leonel Suárez en el decatlón y el espectacular cierre ofrecido por los relevos largos.

¿Los desafortunados? Seguir sin un velocista capaz de acercarse a los podios, ni entre hombres ni mujeres, y no poder ver en acción a una de las sensaciones de la temporada: el saltador de longitud Juan Miguel Echevarría.

Este último era uno de los oros más esperados por los cubanos. Sin embargo, con apenas 20 años de edad serán varias las oportunidades de reinar a este nivel. El incidente de la lesión no ha impedido que su nombre sea mencionado una y otra vez cuando de revelaciones del año se habla.

Juan Miguel tocó la gloria a principios de año con el oro mundial bajo techo, y fue ese el primer momento de un duelo contra el sudafricano Luvo Manyonga, que aunque no tuvo cierre dejó claro que aún tiene varios capítulos por escribirse en el futuro.

Como nunca antes se vio amenazado el récord nacional de Iván Pedroso (8,71 metros), incluso estuvo a punto de “irse”, pero el 8,83 marcado por Juan Miguel en Estocolmo ocurrió con muy ligero viento a favor y por lo pronto su registro personal quedó en 8,68.

El otro fenómeno de la campaña fue Jordan, rey mundial juvenil y olímpico de la juventud, además de subtitular en Barranquilla y con más de 10 saltos por sobre los 17 metros. Con apenas 17 años es inmenso su futuro, aunque el reto consiste en no desperdiciar las oportunidades y quedar solo en promesa, como ha sucedido con otros de su misma especialidad.

Entre las estrellas ya establecidas el mayor salto fue para la discóbola Yaimé Pérez, quien aprovechó la baja forma de su compañera Denia Caballero para convertirse en la número uno de casa.

La “rusa” estuvo en 12 competencias y logró premios cada vez. Fue segunda en todas las fases de la Liga del Diamante a las que asistió, pero ganó las más importantes, la final de Bruselas y la Copa Continental de Ostrava, en ambas derrotando a la siempre favorita croata Sandra Perkovic.

Venció además en Barranquilla y sobre todo agradó mucho su nuevo comportamiento en sentido general, no solo menos ansiosa en cada salida al círculo de lanzamiento, sino también mucho más “suelta” en los entrenamientos y hasta en las relaciones con la prensa, algo que habla del buen trabajo de los sicólogos del equipo nacional.

La cara opuesta fue Denia, sumida en un mal momento del que está obligada a salir en el 2019 si quiere revivir escenas como las que le hicieron campeona del orbe y panamericana hace cuatro años.

En sentido general destacaron otras figuras que transitan por las categorías inferiores. Por ejemplo, fueron cinco (1-1-3) las medallas en el certamen universal sub-20 en Tampere, y cuatro (3-0-1) las de los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires, con ocho competidores.

Una de las deudas fue la culminación de las pistas del Estadio Panamericano, algo que obligó a buscar variantes para la preparación e incluso la suspensión de la Copa Cuba y el Memorial Barrientos.

Los involucrados en esa tarea aseguran que será otra la historia en el año que se avecina. Por lo pronto, los entrenamientos marchan según lo previsto para la etapa general, pero se adentran en la especial y en breve se necesitarán esos espacios.

Como resumen fueron 56 los eventos enfrentados fuera de casa y 160 el total de premios acumulados. Hubo mayoría de primeros lugares con 69, por 47 los segundos y 44 los terceros.

 

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