“Regresar”, un reencuentro más íntimo con el “blanco rapero”

Y es que por más que Athanai Castro se mueve como pez en el agua en diversos géneros y viaja del hip hop a la trova, al rock, al grunge, para muchos cubanos siempre será como se presentó por allá por los años 90, con un swing cubano que no se lo pudo quitar ni la distancia, ni el acento, ni los años: “soy Athanai, soy un blanco rapero, mi raza eres tú, anda llévame al séptimo cielo”.

Regresar, es el título de la producción que acaba de presentar bajo el sello discográfico Bis Music y es que efectivamente, Athanai vuelve, de una vez, a su tierra, a la vocación trovadoresca de sus primeros años, a los viejos amigos y al público que se quedó esperándolo.

Trae 20 años de música inédita, canciones acumuladas que, según él mismo afirma, “hablan de amor, de nostalgia, de frustraciones, de rebeldía, de todo lo que vive el ser humano a diario…”

¿Cómo ha sido regresar?

“Ha sido una lucha, pero ya está aquí, ya lo estamos presentando”.

¿Y los encuentros y re-encuentros, después de tantos años?

Mucha alegría, me siento súper acogido, el público me lleva bien, mis amigos músicos se han enrolado para hacer este disco conmigo y me siento muy bien, estoy feliz.

De hecho, en este disco has estado muy bien acompañado…

“En el disco está Pablo Milanés, sus hijas Lynn y Haydé, Kelvis Ochoa, David Torrens, el dúo Buena Fé, está Adrián Morales, un maestro también de otra generación, que invité a este disco y también está Iván Leyva, hay muchos artistas, en el concierto estarán muchos de ellos y también otros invitados.

“La gráfica es de dos artistas de la plástica y hermanos,  Ernesto Rancaño y Eduardo Abela y las notas discográficas son un tremendo regalo que me han hecho el maestro Pablo Milanés y mi hermano y maestro también Carlos Varela, tremendo regalo que me hicieron”.

¿Qué vamos a encontrar en esta producción, cuál de tantas facetas de Athanai en cuanto a sonoridades?

“El disco es de canciones más bien tranquilas, que mezclaré en ese concierto con canciones de toda mi discografía. La sonoridad de “Regresar” es más acústica, es un disco menos eléctrico, es un Athanai más íntimo, más desnudo, más con la guitarra, más cantautor, no tan rockanrolero, rapero ni nada de eso, es música más sencilla, menos estruendosa, más sutil…”

Y claro, allí está la emoción de Regresar, el mismo y otro más maduro, curtido por ausencias allá y aquí, por ese tener y perder, escoger y andar que es la vida, nos presenta, al decir de Pablo Milanés, un disco capaz de producir “un placer que encierra esperanzas, horizontes nuevos, amor, reflexiones y la constancia de que Athanai ha partido definitivamente hacia el Olimpo de la creación”

Pero él no mira desde arriba, habla con desenfado, nos invita a poner los dedos en forma de cuernos, y a llenar el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes el próximo 20 de diciembre, para compartir la fiesta de Regresar, en parte por la certeza que advirtió Varela en su nota: “sabe que al final, regresar a la tierra de sí mismo, es la única manera de no dejarse morir en la hoguera del olvido”.

Y también porque desde allí ofrece con mejores energías una música necesaria: “Al que le sirva el disco, bienvenido, y al que no le guste, pues haremos otro, trabajando vamos a seguir siempre…”