¡Sieg Jair!: “Remedio” fascista para Brasil

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¡Sieg Jair!: “Remedio” fascista para Brasil
Fecha de publicación: 
10 Octubre 2018
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Tras celebrarse la primera vuelta de los comicios generales en Brasil, la única queja referente a fraude partió curiosamente del candidato más votado (46,16%), el ultraderechista delfín de los militares y favorito del gobierno de Estados Unidos, Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal), al espetar que maniobras en algunos colegios le impidieron llegar al 50% más uno estipulado para la victoria definitiva sobre el que será su rival en la segunda ronda, el socialista Fernando Haddad (29,09%), del Partido de los Trabajadores y sustituto del encarcelado injustamente, Luis Inácio Lula da Silva.

Paradójicamente, elementos de extrema izquierda expresaron su satisfacción por el encelamiento de Lula, afirmando que no había cumplido sus promesas cuando fue presidente, echando tierra a la inobjetable realidad de que ha sido el único mandatario en sacar a 30 millones de brasileños de la pobreza e impulsor de políticas sociales para favorecer a trabajadores y campesinos.

A esos elementos tendrá que convencer Haddad, junto a 30 millones de personas que no votaron y candidatos progresistas que no lograron clasificar, como Ciro Gomes, quien obtuvo el 12,5%, porque el espectro de derecha ha demostrado preferir el fascismo ante que cualquier gobierno de unidad nacional que represente los intereses del pueblo, propuesto por Haddad.

Este, culto y capaz de sentir los reclamos populares, ha señalado la incompetencia de Bolsonaro en cuestiones económicas de ahí que rehuyera anteriores debates-, además del desprecio a los desposeídos.

Este problema en Brasil no es una cuestión de ahora, son del clima de odio que la extrema derecha y el imperialismo han ido fabricando desde que Dilma Rousseff accedió a la presidencia, incapaces de echar abajo a los gobiernos de Lula.

Precisamente, Lula ayudó a Dilma a lograr su segundo mandato, y a partir de ahí se fue creando un clima de odio, miedo, violencia y fractura del país en dos lados irreconciliables.

Fue entonces que surgieron personajes muy poco conocidos como Bolsonaro, que desde posiciones natalmente fascistas, han ido cumpliendo un papel en el golpismo en el que ha estado sumergida la sociedad.

Incluso se llegó a añorar a aquellos fascistas brasileños de los años 30, denominados integralistas, quienes no seguían todos los dictados de sus socios alemanes e italianos de persecución a los no arios, es decir no eran racistas.

Pero Bolsonaro, quien tiene como nombre compuesto Messias, desbarró contra todos: negros, mujeres, gente de clase baja, en fin, complaciendo a quienes no podían manifestarse en ese sentido por razones políticas.

Empero, se valieron de todo lo falso del sistema, de la corrupción, de la injusta justicia y otros males para demandar una limpieza de la sociedad, pero a su modo, y para ello utilizaron los controlados medios de prensa y enormes falsedades en las redes sociales, que impidieron el conocimiento de la verdad.

MONSTRUOSIDADES

Es decir, el establishment económico y la casta política empoderaron monstruos para que los ayudaran a llegar al poder, diseminaron el virus del odio, al tiempo que recurrieron al prejuicio, a las falsas informaciones y a las teorías conspirativas contra los homosexuales, el feminismo, los negros, los inmigrantes y hasta un “fantasma comunista” de la época de la Guerra Fría.

Analistas progresistas brasileños coinciden en afirmar que, al abrir esa Caja de Pandora, perdieron el control, y fue entonces que militares añorantes de la época de la dictadura convirtieron a Bolsonaro en el principal referente de ese sector de la sociedad para rechazar al Partido de los Trabajadores y colaborar en la conspiración de agresión a Venezuela, que es uno de los objetivos, si gana Haddad. Dicen, los niños y adolescentes serán adoctrinados en las escuelas por profesores marxistas que los van a transformar en homosexuales; que las feministas quieren imponer una dictadura, las FARC van a invadir el país para apoyar al PT, los inmigrantes roban los empleos y las políticas afirmativas dan privilegios a los negros.

En vez de votar a Alckmin o Meirelles, candidatos de la derecha tradicional, esa gente furiosa y en pánico lo hizo con Bolsonaro, junto a muchos electores cansados, decepcionados e indignados con todo y con todos, además de darle preponderancia en el Congreso, y entidades locales y regionales-ya tiene control en el Congreso y entidades locales y regionales. Sólo queda la gubernatura para la segunda ronda.

De esa maldad, miedo e ignorancia se han aprovechado los hijos de lo peor para sacar adelante a un personaje que los represente sin chistar, y contra todo esto se tendrá que luchar para que la nación suramericana no caiga totalmente en las redes imperialistas totalmente y en su versión política más cruel, el fascismo, por no hablar del neoliberalismo y la entrega total de las riquezas nacionales que no están aún en manos privadas.

Además, habrá que contar con un conteo de votos honesto, si por alguna situación la izquierda y los elementos progresistas que pueden apoyarla, logran revertir la situación, añorada, deseada y posible para evitar el “remedio” fascista para Brasil y no tener que utilizar el nazisaludo local: ¡Sieg Jair!.

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