Raptum Vitae: Que la paz no le dé cabida al odio en el mundo

Raptum Vitae: Que la paz no le dé cabida al odio en el mundo
Fecha de publicación: 
7 Septiembre 2018
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Que no haya lugar para el odio en el mundo. Esa es una quimera de muchos, a juzgar por los tiempos que se viven inalcanzable. Pero no importa, aunque se antoje embestir molinos, toda acción de paz, todo cántico de unidad latinoamericana o universal, todo puente que se tienda a través de cualquier esfera de la vida, y especialmente el arte, reconforta y es totalmente bienvenida.

En ese sentido el Raptum Vitae Creadores (estado de secuestro o rapto vital) viene a presentarse por estos días en Cuba como plataforma ideal de confluencia de manifestaciones artísticas, voces de paz y lucha por un mundo mejor.

Precisamente la frase que encabeza estas líneas ha sido la bujía para que un grupo de creadores, del pentagrama, la literatura y las artes plásticas hayan decidido generar una avalancha de mensajes, una postura de resistencia pacífica al odio, con el poeta puertorriqueño radicado en Cuba desde 1998,  Antonio Salvador, como mecenas.

Hablamos de 17 agrupaciones de diferentes corrientes musicales entre las que sobresalen Jonga Lima, Sherik Rivera, Raquel González, Enfusión, Sebastián Paz y Vivanativa, entre los invitados foráneos, y Buena Fe, Adrián Berazaín, Fernando Bécquer, Ramuf On, y Mauricio Figueiral por los de casa, en una cabalgata de conciertos-performances que se extenderán hasta el sábado e incluyeron escenarios como el Centro Cultural El Sauce, El diablo Tun Tun y la sala Avellaneda del teatro Nacional.

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Antes de iniciar su cruzada musical de miércoles, casi todo el elenco del festival "No hay
lugar para el odio en el Mundo".


“Esta expresión de Raptum Vitae viene a ser el segundo esfuerzo aglutinador o puente entre Cuba y Puerto Rico se remonta al 2013, cuando hermanados con Danny Rivera se produjo un concierto en La Habana Vieja. Esa chispa inició un ciclo que ahora cobra su mayor efervescencia, con amigos artistas de distintos países latinoamericanos, pero con una misma línea de pensamiento y sentir, con respecto al odio y a la urgencia de un mundo mejor”, expresó Antonio Salvador.

“Con Buena Fe hemos producido una canción junto a Israel, con arreglo de Ernesto Cisneros, la gran voz boricua Chavela Rodríguez, la flauta del mexicano Enrique Cárdenas, cantan igualmente Camila Daniela (vocalista de Teamglao), y Raquel González, quien además compuso los versos de la canción. Ciertamente ha sido un esfuerzo colaborativo, una suerte de invocación latinoamericana. Originalmente se grabó acá, pero luego ese material se llevó a Puerto Rico y allí se hizo la mezcla final. Destacamos en ese segundo momento al argentino Marcelo Ezquiaga, Mely More, Erick Segarra, entre otros”.

Lo cierto es que esta comunión acá ha implicado mucho sacrificio, que cada uno haga su parte y cargue un poco del otro. Agradecemos inmensamente a la Egrem, al Instituto de la Música, Artex, el Ministerio de Cultura… y todas aquellas instituciones involucradas de una u otra forma.

“Creemos que el arte es uno de los mejores caminos para hermanar, transmitir una ideología o mensajes, combatir al odio que también es un constructo cultural”, sentenció Salvador.

Dos acordes soñados con Vivanativa


Vivanativa está realizando un sueño. Javier Hiram Gómez y Nabeel Abdulrahman, dos jóvenes que crecieron juntos en Quebradillas, Puerto Ricoy líderes de la banda de rock, así lo expresaron.

En medio de la compleja situación que vive la hermana Isla boricua aterrizaron en Cuba y contagiaron a los presentes en El Sauce con su música.

“Básicamente queremos enseñar nuestra música en Cuba, con la bandera del rock puertorriqueño y que tiene además influencias de la salsa, del jazz, del blues y por consiguiente del son cubano, en esa fuente diversa de sonoridades que nos nutren. Hacemos rock clásico, más digerible, pues ya tenemos 20 años de fundados”, manifestó Javier Hiram.

Nabeel, guitarrista de Mnudo y de Ricky Martín durante su carrera acotó: “Nos criamos con Rock´n Roll y Salsa. Dos islas con el mismo mar, no pueden fallar ni desamarrarse musicalmente. Hemos absorbido de todo por el camino y en la olla de nuestro sancocho musical no excluimos nada. Aprender a escuchar y conocer es sumamente importante. Somos muy parecidos y esos ritmos similares forman parte de nuestra genética”.

“La frase que mueve este festival, no hay lugar para el odio en el mundo, es una bandera que portaremos en lo adelante. Eso fue lo que nos trajo acá. La cargo donde sea, en Cuba, África o Japón. Cuba es donde es, desde mi perspectiva es uno de los lugares donde menos odio hay. Traje nuestra música y espero les guste.

Con esta situación devastadora en Puerto Rico, la gente ha vuelto a socializar, se han redescubierto y refugiado en la música. Sin internet, electricidad, comunicación por más de ocho meses en ocasiones el arte se convirtió en ese horcón que sostuvo al pueblo, que lo impulsó en ocasiones a volver a levantarse.

Raquel González: De promesa de tierra a Cuba y para el mundo


Raquel González pisa por tercera vez suelo cubano. Los versos de no hay lugar para el odio del mundo son de su autoría, específicamente dos estrofas sacadas de un tema titulado Promesa de Tierra, los que consideró se ajustaban más a la carga de ese mensaje: “Se grabaron las voces en un viaje de kilometraje múltiple, de mi versión a Buena Fe, y de ahí a la versión definitiva, incluida esta que estamos montando acá con Vivanativa y el resto de los músicos participantes.

Esta cita se pospuso fundamentalmente por el paso furibundo de María por Puerto Rico. Ante la necesidad de refugiarse en el arte, comenzamos a reunirnos en los portales, las marquesinas, y reapareció ese espíritu de pueblo tan bonito, que tenemos tanto los puertorriqueños como los cubanos. La vuelta a la vecindad, un esfuerzo enorme de la comunidad puertorriqueña, una expresión genuina y espontánea de que ciertamente el odio no tiene cabida.

Con todo este despilfarro de odio, discriminación existente, si no hacemos un alto en el camino, si no decimos que no es aceptable de una forma contundente pero no violenta, este es un esfuerzo que germina a nivel público y veremos qué sucede con él.

Cuba posee un vocabulario, una espiritualidad que no permite separación, que no da cabida a la discriminación, en donde cada quien es cada cual y cada loco con su tema… creo que de todos los países de Latinoamérica no podía ser otro que no fuera Cuba la plataforma para alzar nuestras voces, fusionarnos en este mensaje. Y así, pese a trabas y trabajos que pasamos dijimos: voy para donde haga falta. Entendimos que este era el momento y el lugar, además por tener tanto en común, un punto de encuentro ideal”.

Sebastián Paz y su ciudadanía del mundo

“Cuba porque sí”. Esas fueron las palabras iniciales del cantautor argentino Sebastián Paz al referirse al sueño cumplido de estar en nuestro país.

“Lamenté la partida de Fidel, siempre ilusioné estar acá con él en vida, pero la herencia es de Revolución, un movimiento popular y no una persona. Me doy cuenta de que hay una esperanza muy grande con todo lo que ha hecho y puede hacer Cuba.

La invitación fue la punta de lanza para concretarlo y reencontrarme con muchos amigos, pues viví en Puerto Rico por más de diez años. En estos tiempos que corren una consigna como la que promueve este festival es imprescindible. Quería formar parte de este movimiento y quería ver esta Isla maravillosa, contarla con mi propia voz.

Yo no sé si seré un ingenuo pero creo que el arte en general puede cambiar el mundo. Es una herramienta de cambio, que la sensibilidad del ser humano es extremadamente maleable a través de la expresión artística, y mi experiencia como ciudadano del mundo o latinoamericano, me duele lo que está pasando en Puerto Rico, en Brasil, la operación a corazón abierto sin anestesia a la que se somete mi Argentina metafóricamente hablando. He tenido la posibilidad de tocar en Estados Unidos y en muchas partes donde he tenido barrera de idioma y me he dado cuenta que el arte es un idioma universal. Y si nuestro mensaje va, de que no haya lugar para el odio en el mundo, lo podemos conseguir.

Cuba es un país muy desposeído de consumo y me gustaría pensar en una frase que dice que la mortaja no tiene bolsillo. Ustedes han demostrado que el mayor capital que tienen es el humano, intelectual, educativo. Si lo hacemos acá como comienzo, lo podemos hacer en cualquier sitio del planeta”.

Así, con alcance universal o al menos esa pretensión, me despido entre acordes, trazos, versos y pentagramas, solo por ahora.

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