CRÓNICAS BIEN CORTAS: Algunas preguntas para «El Talibán»
Uno a veces sube en un ómnibus y pudiera pensar que ha entrado en una quincalla, o en una juguetería. Está visto: los choferes de los ómnibus del servicio público en Cuba, particularmente en La Habana, tienen el derecho de decorarlos como les plazca. Y muchas veces el impulso creativo va más allá del más elemental sentido común.
¿Cómo explicarse esa pasión de algunos conductores por los peluches, las cadenetas, las muñecas y los colorines? Es una explosión de mal gusto (las expresiones más desmedidas y vulgares del kitsch) al que habrá que resignarse, pues todo parece indicar que las administraciones no cuentan con regulaciones al respecto.
Pero que un chofer «bautice» su ómnibus como «El Talibán» es ya «rizar el rizo». Se me ocurren algunas preguntas para el conductor:
¿Sabe bien qué es un talibán? ¿Acaso se considera un «terrorista»?
¿Cree que los talibanes admitirían ese despliegue de peluches?
A los directivos de la empresa y de su base quizás habría que hacerles las mismas preguntas...
Añadir nuevo comentario