Temporal: Llueve y lloro

Temporal: Llueve y lloro
Fecha de publicación: 
24 Mayo 2018
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“afuera/ el agua cae/ de arriba para abajo/ adentro/ el agua sube/ de abajo para arriba”
escribió el poeta argentino Roberto Santoro, periodista, que compiló poemas sobre el fútbol y fue maestro, también guevarista, por eso en 1977 la dictadura lo desapareció, pero ahí está vivo con sus versos en estos días de lluvia intermitente en Cuba.

El agua, tanto en el mar, como en el rio, un lago, o como chaparrón (sin rayos) me fascina, siempre, desde que era una niña cuando me le escapaba a mi madre para bañarme en el aguacero, y ella se enfadaba porque “¡muchacha te va a dar asma!”, lo que desgraciadamente sucedía cuando el “mojao” terminaba en gripe.

Me encanta dormir mientras llueve, especialmente cuando se puede ver el exterior, escuchar el tintineo en un zinc, conversar o beber un trago, pero ¿por qué entonces lloro?... por el cielo gris. No puedo vivir en un lugar donde levante mis ojos y la mirada no se pueda perder en el azul infinito, de mi atmósfera tropical.

Si hubiera sido un día, dos, pero hace poco el Dr José Rubiera, en el pronóstico del tiempo, usó una palabra que era común en los labios de mi madre para hacerme entender que no podía jugar debajo del aguacero: temporal.

Estamos en un temporal que puede durar no se sino una semana más y Rubiera comentaba (con conocimiento de causa) que hacía años no era testigo de un mes de mayo como este, en el que llueve, llovizna, truena…en fin cae mucha agua y el cielo no tiene ni un pedacito de azul.

Mayo, precisamente mayo, el mes que hace explotar los colores en flores de diversos tipos, y el verde va del verdín al verde oscuro, las mariposas vuelan, los animales por esa exuberancia natural entran en celo, pero… después de las lluvias.

Reconozco que un temporal es mucho mejor que la enorme sequía de unos años atrás, y poniéndome a escoger no se si quedarme con este gorrión o derretirme por el calor de los últimos mayos. Creo que prefiero lo primero, pero bueno la nostalgia hace que uno busque cosas que leyó o escuchó en algún momento.

Así que me topé con Nicanor Parra: “Otra vez se puso a llover/ Esto parece tomadura de pelo/ Nunca se había visto nada igual: /Una avioneta amarrada a un sauce/ Para que no la arrastre la corriente/ Moraleja:/ No sólo sufren los seres humanos/ Incluidos en ellos/ Los animales domésticos/ Hasta las propias máquinas se quejan/ Un teléfono por ejemplo/ Declaró que pensaba suicidarse/ Más noticias en cualquier momento.”

Como vivo con los pies en esta tierra se que esta lluvia pertinaz (y zoqueta porque no me deja ver no el cielo, sino mi cielo) es buena para la agricultura, incluso para limpiar las calles, pero con Santoro siento que “adentro/ el agua sube/ de abajo para arriba” mientras bebo una exquisita taza de café y escucho a Pavarotti.

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