Cumbre intercoreana: Coronada por el éxito (+ Video)

Cumbre intercoreana: Coronada por el éxito (+ Video)
Fecha de publicación: 
27 Abril 2018
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Desde el sencillo pero simbólico acto de plantar un árbol hasta la declaración conjunta que desbordó todas las expectativas, la tercera cumbre intercoreana entre el líder de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong-un, y el presidente de la Repúblca de Corea, Moon Jae-in, culminó con tal éxito que, al parecer de ambos, abrirá una nueva era en las relaciones comunes.

En el encuentro, celebrado en la parte sur de la Zona Desmilitarizada de Panmunjom, Kim nunca dejó de exponer su defensa de la futura reunificación de Corea, la cual, no recogida en la declaración, encontró oído receptivo en su par del Sur.

No obstante, el documento aborda líneas importantísimas que trasciende lo esperado y ofrece grandes esperanzas de paz, no solo para Corea, sino para toda la región y, a mi entender, constituye un ejemplo para el mundo.

Los mandatarios afirmaron ante los coreanos que a partir del 27 de abril no habrá más guerras en la península y se abrirá una era de paz, confirmaron la importancia de decidir de manera independiente el destino de la nación y acordaron organizar lo antes posible negociaciones al más alto nivel y entablar un diálogo en varios ámbitos para garantizar la aplicación de lo acordado durante la cumbre.

Entre otras cosas, se abordará la creación de un centro de coordinación en la ciudad fronteriza norcoreana de Kaesong, donde habrá de manera permanente funcionarios norcoreanos y surcoreanos. Además, se intensificarán la cooperación y las visitas e intercambios entre representantes coreanos de distintos ámbitos.

Las dos Coreas se comprometieron a suspender cualquier actividad hostil en tierra, mar y aire. En particular, está previsto dejar de emitir propaganda en la zona desmilitarizada a partir del 1 de mayo. Asimismo, ambos países tomarán medidas para convertir una parte de las aguas del mar Amarillo cerca de la línea de separación del norte en una "zona de paz" y prevenir los posibles enfrentamientos militares accidentales. Además, se prevé poner en marcha una serie de intercambios y visitas en el ámbito militar.

Ambos países van a colaborar de manera activa para crear en la península un sistema de paz duradera y permanente. Asimismo, demostrarán un firme compromiso con los acuerdos de no agresión. También van a realizar un desarme gradual con el fin de reducir la tensión militar en la región.

En el aniversario 65  de la firma del Acuerdo de Armisticio de Corea, Pyongyang y Seúl declararon oficialmente el fin de la guerra. Asimismo, van a promover activamente la convocatoria de una reunión a tres bandas con EE.UU. y a cuatro con China, para convertir el acuerdo de armisticio en un acuerdo de paz duradero y permanente.

Los líderes de ambos países afirmaron que su objetivo común es desnuclearizar plenamente la península de Corea y acordaron que las medidas tomadas por Pyongyang para desnuclearizar la península "son muy importantes".

En el futuro, tanto Corea del Norte como del Sur harán todo lo posible para cumplir con sus compromisos. Los líderes de los dos países también consensuaron usar regularmente una línea telefónica directa para resolver cuestiones importantes para la nación. En particular, convinieron en estudiar la visita del presidente surcoreano, Moon Jae-in, a Pyongyang en otoño —entre los meses de septiembre y diciembre.

Moon y Kim también van a promover activamente la celebración de eventos nacionales conjuntos con la participación de funcionarios, parlamentarios y organizaciones civiles. Estos encuentros se mantendrán con motivo de algunas fechas importantes como el 15 de junio —día de la firma de la primera declaración conjunta de Corea del Norte y Corea del Sur después de la cumbre celebrada en el año 2000. Asimismo, acordaron desfilar bajo una misma bandera durante los eventos deportivos internacionales, como la Asiada 2018 (Juegos Asiáticos).

En cuanto a los problemas humanitarios fruto de la separación de la nación coreana, ambos afirmaron que tienen previsto celebrar negociaciones entre los representantes de la Cruz Roja de los dos países para estudiar la posibilidad de reunir a los miembros de las familias separadas por la contienda. Está previsto que la primera reunión de este tipo se celebre el 15 de agosto, día de la rendición de Japón y la liberación de Corea.

Esta fue la tercera cumbre entre ambas naciones, pero la primera que se realiza en Corea del Sur, convirtiendo a Kim Jong Un en el primer líder norcoreano en pisar suelo surcoreano desde el final de la Guerra de Corea (1950-53), promovida por Estados Unidos, con la complicidad y participación de otras 14 naciones aliadas. En esa guerra de agresión, el Imperio destrozó a la nación, causó cuatro millones de muertos y empleó sustancias nocivas que después  utilizó en escala aún mayor contra Vietnam.

El acercamiento entre las dos Coreas tuvo como factores positivos la participación del Norte en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de PyeongChang, celebrados en Corea del Sur.

El líder norcoreano ofreció anteriormente celebrar una cumbre por separado con el presidente estadounidense, Donald Trump, tras su reunión con Moon. Trump acordó reunirse con Kim, para lo que será la primera cumbre entre EE. UU. y Corea del Norte, que según él, tendrá lugar en mayo o a principios de junio.

VELOZ Y SEGURO

Los avances diplomáticos para aliviar la tensión en la península coreana se han realizado a una velocidad imparable. En menos de tres meses se han producido acontecimientos de una importancia sin precedentes, iniciada con una veloz campaña de acercamiento iniciada por Kim Jong-un, recepcionada positivamente por Moon Jae-in, quien durante toda su carrera política ha defendido valientemente el acercamiento pacífico con el Norte.

Ello redujo drásticamente la percepción de una guerra inminente, al menos si depende de Pyongyang, que se ha comprometido con una desnuclearización gradual y sincronizada, a cambio de seguridad para su pueblo.

Y, como pudimos apreciar antes, se lograron destacar los tres puntos básicos de la reunión: la desnuclearización de la península, un acuerdo de paz permanente que alivie drásticamente la tensión militar, y progresos claros y frescos en las relaciones intercoreanas.

Hay que indicar que el éxito de la cumbre se logró gracias al talante negociador del joven Kim y la habilidosa voluntad de resolver los problemas del veterano Moon, quien apoyado por millones de surcoreanos enemigos de la confrontación, logró capear embestidas de los halcones locales y, por supuesto de los norteamericanos.

Como se han sentado las bases de un acuerdo concreto de desnuclearización con condiciones asumibles por Seúl (y por tanto, por la comunidad internacional), será muy difícil que el presidente norteamericano, Donald Trump, rechace sus términos sin enfrentarse con China, con Corea del Sur -aliado estratégico- y con el resto del mundo.

De ahí que los resultados de este viernes 27 de abril en Panmunjom allana el camino para la cumbre entre Kim y Trump, que está ensombrecida por los recientes nombramientos de halcones como John Bolton o Mike Pompeo en puestos clave de la Casa Blanca.

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