CRÓNICAS BIEN CORTAS: ¡Aquí hay que trabajar!

En la parada a la salida del túnel, se monta en la ruta A58 un señor con uniforme de custodio. Son apenas las ocho de la mañana, y a las ocho de la mañana ya se imaginarán cómo va la A58. No cabe un alma más en este ómnibus y el señor viaja casi enganchado en la puerta.

No obstante, todavía tiene energías para arengar al resto de los viajeros:

«Me encanta ver esta guagua repleta tan temprano, eso significa que la gente va a trabajar. En este país hay que dejarse de cuentos, aquí lo que hay es que trabajar. Si todos los jóvenes trabajaran con ganas, yo les aseguro que se acababa el Período Especial. Miren a China, los chinos pasaron más hambre que la que hemos pasado nunca aquí, pero se pusieron a trabajar y miren ahora: ahora son ricos, ahorita son más ricos que los americanos. Así que yo te lo digo: ¡machete para los vagos! Cuando yo salgo por la mañana de mi casa, ya hay cuatro o cinco muchachos cogiendo fresco; regreso por la tarde y están donde mismo los dejé… No hacen nada, y si ustedes ven cómo se visten... ¡Este es el único país donde se puede vivir sin trabajar! ¡Machete y azadón para los vagos! Y el que no quiera, que se esconda debajo de la cama…»

—Está más loco que una cabra —le dice una señora a la que tiene al lado.

—Pues yo creo que está bien cuerdo —responde la otra.