Iroko, la música cubana cautiva a ciudad argentina de Rosario (+Video)

Iroko, la música cubana cautiva a ciudad argentina de Rosario (+Video)
Fecha de publicación: 
3 Abril 2018
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Iroko de Cuba, cuyo nombre significa en la lengua yoruba Ceiba, -el árbol sagrado-, ha logrado afianzarse en apenas dos años en la bella Rosario al enaltecer los sonidos tradicionales de esa música que hace mover al menos avezado.

Tania Nuñez Martínez es la única voz femenina de este proyecto integrado por tres cubanos e igual cantidad de argentinos, quienes se juntaron en 2015 sin imaginar que actuarían en el City Center rosarino, considerado el centro de entretenimiento más grande de Latinoamérica.

El pasado año tocaron cuatro veces en ese lugar -que ha acogido conciertos de la crema y nata de la música del continente-, con un éxito rotundo y el 1 de abril repitieron la experiencia y pusieron a bailar a los espectadores con la picardía y sabrosura cubanas.

Todo empezó a finales de 2015, pero finalmente debutamos el 6 de febrero de 2016 y hemos actuado en los mejores bares de Rosario, relata en exclusiva a Prensa Latina Nuñez, quien se muestra orgullosa de llevar sus raíces a otros públicos.

Dirigido por Miguel Ángel Noroña, Iroko está integrado por el argentino Ariel Walter (arreglista musical y tecladista), sus compatriotas, los percusionistas Maximiliano Arboleya y Lautaro Bobadilla, el cantante y percusionista cubano Yandry Fundora, además de su voz femenina.

Feliz por la buena aceptación que disfrutan en este corto tiempo, Nuñez resalta que la intención del grupo es llevar a los rosarinos y quienes visiten el City Center y bares de esta ciudad pura música tradicional, así como difundir los ritmos autóctonos de su país.

El son cubano, temas del Buena Vista Social Club, una pieza propia que lleva el nombre del grupo, clásicos del repertorio y también salsa rosarina y de Colombia resultan claves para meterse en el bolsillo a quienes quedan flechados con su contagioso ritmo.

Hemos tenido muy buena aceptación, tocamos las salseras rosarinas, pero sobre todo, son, bolero, chá chá chá, señala la cantante y agrega que lo más reconfortante es ver a disimiles generaciones y tanta diversidad de personas que baila con la música de Iroko.

En los llamados restobares, por ejemplo, desde niños de tres años hasta adultos de 70 u 80 se ponen a bailar. Nos emociona mucho todo esto, apunta.

El repertorio es variado, pero hay piezas que no pueden faltar en la noche. La legendaria Guantanamera, la que más piden y aplauden porque identifica a los cubanos, pero también Lágrimas negras, Son de la Loma, El Cuarto de Tula, La Negra Tomasa, entre otras.

En nombre de Iroko, la cantante agradece al público argentino por esta acogida y el cariño que profesan al pueblo y cultura cubana sobre todo en Rosario, donde los espectadores son exigentes y se respira un elevado nivel cultural, remarca la intérprete.

Con un demo de ocho temas bajo sus brazos, los integrantes de Iroko aspiran a mediados de 2018 grabar un disco para plasmar el proyecto que los llevó a unirse siempre con la premisa que la música es el verdadero lenguaje universal.

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