La Italia más ofensiva no puede con Croacia

Italia se ha ganado un hueco en la historia del fútbol por su capacidad defensiva, por su arte para anular a los equipos rivales. Con Cesare Prandelli en el banquillo, la ‘squadra azzurra’ apuesta por dar un giro a su tradición, apuesta por tener más el balón, por combinarlo, por atacar. Un fútbol ofensivo y bonito que, sin embargo, se quedó sin el premio gordo ante Croacia. El gol de falta de Andrea Pirlo fue igualado por Mario Mandzukic. El resultado final, empate (1-1), deja menos contentos a los transalpinos que a los balcánicos.

Ante España, Italia salió con la mentalidad de casi siempre, con muchas precauciones defensivas. A pesar de ello, llegaron con peligro al área de Iker Casillas, sobre todo en la primera parte. Sin embargo, ante Croacia la apuesta ofensiva fue más clara. Y los aficionado al fútbol, no sólo los italianos (los croatas seguramente no) lo agradecieron. Pirlo, Antonio Cassano, Claudio Marchisio, el niño terrible Mario Ballotelli… Las ocasiones se sucedieron y los italianos convirtieron al portero Stipe Pletikosa en héroe nacional.

El guardameta paró todo lo parable salvo un lanzamiento de falta de Pirlo que pasó entre las cabezas de dos jugadores de la barrera. Ese balón sólo pudo rozarlo Pletikosa. Un gol que encumbraba a Pirlo, quien a sus 33 años todavía es capaz de dar lecciones incluos a una estrella como el croata Luka Modric, apagado ante Italia porque siempre estaba rodeado de camisetas azules. Italia, aunque ahora ataque más, siempre será Italia y cuidará mucho la parcela defensiva.

El triunfo parecía para Italia hasta que Mandzukic cazó un balón en el área y soltó un cañonazo ante la salida desesperada de Gianluigi Buffon que pegó en el poste y entró en la portería italiana. Desde ese momento, Croacia, que con el empate mantenía el primer puesto del Grupo C a la espera de lo que hiciera España ante Irlanda, subió enteros y enfrió a Italia, a lo que ayudaron sus aficionados con sus bengalas, que provocaron la interrupción del juego durante un minuto hasta que se difuminó la humareda.