Rusia, Putin y la victoria de la unidad

Rusia, Putin y la victoria de la unidad
Fecha de publicación: 
20 Marzo 2018
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Las campañas para acusar, sin pruebas, a Rusia de un supuesto ataque con armas químicas contra el doble agente Serguei Skripal, el dinero para la campaña anti-voto del bloguero Alexei Navalny o las sanciones de Estados Unidos, de nada sirvieron.

Sobre los resultados de las presidenciales del pasado domingo parece volar una frase: venció la unidad. Esa palabra, defendida por Putin, fue un factor clave en su apoyo sin precedentes que le permitió obtener el 76,66 por ciento de los votos.

El propio diario Kommersant, muy lejos de estar entre los simpatizantes del mandatario reelegido, admitió que en esta ocasión Putin ganó, por primera vez desde su estreno en 2000, con la mayoría de todos los empadronados.

Así, de 107 millones 230 mil electores inscritos, más de 73 millones 360 mil votaron por Putin, es decir, más de 13 millones por encima de su resultado de hace seis años (63,6 por ciento).

La asistencia mayor a las urnas, con 67,47 por ciento en esta ocasión, por encima del 65,3 de 2012, también benefició al mandatario ruso, que en medio de las acciones punitivas de Occidente, llamó a la población a consolidar la unidad.

Además, el mensaje anual a la nación, pronunciado el pasado día primero ante la Asamblea Federal, esbozó los principales lineamientos de desarrollo del país con un mensaje subliminar: ya resolvimos la defensa, ahora toca dar un salto tecnológico.

Por supuesto, el electorado escuchó lo que podía decir la joven opositora y presentadora Ksenia Sobchak, pero en su abrumadora mayoría apoyó a quien propuso un plan concreto y con cifras de cómo garantizar el bienestar para los rusos.

El pueblo de este país, en más de una ocasión lo sacó adelante, sin una especial ayuda desde afuera y esta vez no parece ser la excepción.

De ahí que ni el tema del ataque al espía, ni las humillaciones a las que sometieron al equipo olímpico en Corea del Sur (aunque allí ganaron el oro del hockey) ni las sanciones norteamericanas hicieron mella en la opinión electoral.

El efecto fue todo lo contrario, como reconoció Serguei Baburin, el candidato de la Unión Popular Rusa, quien se unió al Maxim Suraikin, de Comunistas de Rusia, para denunciar que los ataques fueron inútiles y solo unieron más a esta nación.

Las elecciones de 2012, se realizaron en un momento difícil, pues la oposición fuera del Parlamento, sobre todo, en esta capital, organizó protestas antigubernamentales multitudinarias. Pero aún así, Putin recogió el 63,6 por ciento de los votos.

Si hace seis años, el actual jefe de Estado logró el 46,95 por ciento del voto de los moscovitas, ahora acumuló aquí 70,88 por ciento y más de 72 puntos en San Petersburgo, las dos ciudades más involucradas en las manifestaciones de 2011-2012.

En esta ocasión, los intentos de dividir al país, tanto los mencionados desde afuera, como los de adentro, con la campaña de Navalny en las redes sociales por la abstención, fracasaron al registrarse una asistencia superior y la victoria de Putin.

La CCE indicó que en esta ocasión se sustituyó el llamado certificado fijo que permite a los electores votar fuera de su lugar permanente de residencia, por notificaciones de votación móvil ante las comisiones electorales, con similar función.

En 2004, esa posibilidad la emplearon 816 mil rusos, en 2008, aumentó a un millón 310 mil, cuatro años más tarde, fueron un millón 590 mil, mientras en esta ocasión cinco millones 500 mil se registraron para ese procedimiento.

Putin en su primera declaración, tras conocer su indiscutible triunfo, exhortó a la unidad de todos los rusos, con independencia de su preferencia electoral, y a trabajar juntos por la prosperidad del país.

Tal llamado lo puso en práctica al reunirse en el Kremlin con los candidatos Pavel Grudinin, Vladimir Zhirinovsky, Sobchak, Gregori Yavlinsky, Baburin, Suraikin y Boris Titov.

Grudinin, del Partido Comunista de la Federación de Rusia, obtuvo el 11,8 por ciento (unos ocho millones de votos), el liberal-demócrata Zhirinovsky, 5,66, (cuatro millones), Sobchak 1,67 (un millón), Titov, 0,76, Suraikin, 0,68 y Baburin, 0,65.

Necesitamos dejar a un lado las ambiciones y posiciones políticas sectoriales para trabajar todos por la prosperidad y la protección de los intereses nacionales, consideró Putin.

Todo parece indicar que el resultado de las elecciones permite al jefe de Estado ruso pronunciarse de esa forma, pues, afuera, Occidente mantiene la presión para dividir a esta nación.

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