Internacional Granma-Cerro Pelado: Borrero, el potencial; Lugo, la sorpresa (+ VIDEOS)

Internacional Granma-Cerro Pelado: Borrero, el potencial; Lugo, la sorpresa (+ VIDEOS)
Fecha de publicación: 
18 Febrero 2018
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Final electrizante, diez segundos en el reloj y Oscar Pino (130 kg) tratando de forzar con todo sobre Yasmany Lugo. El abrazo a dos en la pizarra convertía al pinareño Lugo en rey de la división, pues la última acción le correspondió al subtitular olímpico de los 98 kg en Río 2016.

Se hizo fiel la sentencia y Lugo, en una categoría superior a la suya y como estrategia de preparación, dio la gran sorpresa de la jornada ante el capitalino, bronce universal del 2017.

Ese fue uno de los platos fuertes de la fecha en el Internacional Granma de lucha greco, que premió a los campeones con ocho unidades para el ranking mundial de ese estilo, pues de manera oficial está insertado entre las justas del calendario punteable.

El otro lo aportó el as del orbe y bajo los cinco aros de los 59, Ismael Borrero, buscando a por todas establecerse en los 67, su actual peso. Enfrente tenía al también indómito y curtido a todos los niveles, Miguel Martínez.

De hecho, Borrero abrió debajo en el marcador 0-2, pues fue derribado. Antes del término del primer período, logró derribar a su oponente y recetarle tres desbalances seguidos para tomar amplia ventaja de 8-2. El segundo período fue cuestión de trámite, ya que, pese a recibir dos penalidades por pasividad, el 8-4 definitivo a su favor fue inobjetable:

«Estoy adaptándome poco a poco a la nueva división. Tras un año fuera de los colchones, esta experiencia ante luchadores del área y compañeros de equipo fue buena; como también la presencia en la Copa Tathki, de Irán, en la cual culminé quinto.

«Soy un luchador muy ofensivo, poco adaptado a defender. Quizás por eso, hacia el final del segundo período, me agoté en exceso, pues Miguel tiene nivel. Ir puliendo esas cuestiones y trabajar sobre las capacidades físicas y resistencia a la fuerza se cuentan entre mis objetivos inmediatos.

«Todo es cuestión de preparación, incluso el hecho de pesarse dos días consecutivos y luchar, pues si en la primera jornada tienes un organigrama complicado y logras avanzar, el segundo día puedes estar más agotado. De cualquier manera, es parejo para todos.

«Es el segundo año del ciclo y, si logro encontrar mi forma óptima, podremos determinar si permanecer en los 67 o intentar repetir en los 59. Estoy preparándome para cualquiera de las dos variantes. No le temo a nada, si me siento en forma».

Por su parte, Lugo, quien aseguró trabaja para incursionar en el clasificatorio rumbo a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla en su división habitual de 97 kg, explicó que lo que lo llevó a imponerse frente a Pino fue su plan táctico:

«Primero defendí en la posición de cuatro puntos. De esa situación, solo pudo marcarme uno, producto de que me sacó del colchón. Luego intenté forzar en el minuto final del segundo tiempo y eso me trajo resultados. La intensidad arriba es una de mis mayores virtudes, a pesar de que Pino me saca más de 15 kg en este momento.

«Luchar en este peso me ayuda a elevar la fuerza y estar mejor preparado cuando enfrente a los hombres de mi división. También me ha servido para comprobar que estoy totalmente recuperado de todas las lesiones y que mis tobillos han soportado muy bien el rigor de cada combate. Ahora, a buscar mi peso y esforzarme mucho en ese sentido, pues más de un año fuera me hizo irme un poco del que habitualmente poseía para entrenar».

Del resto, sobresalieron por los chicos de casa el cetro del novel Gabriel Rosillo en los 97 kg. Ante la ausencia de Lugo, Rosillo aprovechó para superar de forma convincente al venezolano Luigi Pérez. Los otros oros de casa fueron a la cuenta de Luis Orta (60), verdugo en cerrado 2-2 de Javier Duménigo; y Janier Almenares en los 63.

De esa forma, Cuba se impuso por colectivo con cinco vellocinos y otras tantas platas, por delante de Hungría (3-1-2) y Estados Unidos (1-0-1), como restantes naciones capaces de colgarse al menos un metal dorado.

El cierre del torneo del estilo clásico sirvió igualmente para rendirle homenaje a Pedro Val, entrenador que dedicó su vida a la disciplina y de cuya sapiencia se forjaron estrellas del olimpismo de la talla de Héctor Milián, Filiberto Azcuy y Mijaín López, entre otros muchos que han llenado a Cuba de gloria. Val recibió una placa de manos de Francisco Lee, presidente de la Unión Mundial de Luchas para la región de América, y una Copa entregada por Gustavo Rollé, Presidente de Mérito de nuestra Federación y gloria del deporte de lucha.

Este lunes continúan las hostilidades en el coliseo de la Ciudad Deportiva, cuando a partir de las 10:00 a.m. inicien las acciones en la libre femenina. Esperemos que las chicas de Filiberto Delgado y su colectivo continúen dándonos alegrías.

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