Presidió Raúl ceremonia fúnebre de Armando Hart

Presidió Raúl ceremonia fúnebre de Armando Hart
Fecha de publicación: 
27 Noviembre 2017
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Raúl asistió a la ceremonia fúnebre, aproximadamente a las diez de la mañana, en el Centro de Estudios Martianos, donde bajo una pertinaz llovizna el pueblo de la capital concurrió a darle el último adiós al destacado cuadro revolucionario y director de la Oficina del Programa Martiano.

En las palabras centrales de despedida, el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, significó la última etapa de trabajo de Armando Hart Dávalos, en su entrega –dijo—a una de las pasiones centrales: el estudio y la difusión de la vida y la obra de José Martí.

Además, calificó a Hart Dávalos como figura esencial en la Revolución cubana, y sostuvo que el brillante intelectual y revolucionario deja a las presentes y futuras generaciones un extraordinario ejemplo de lealtad, de espíritu de sacrificio, de firmeza y de apego absoluto a los principios.

Díaz-Canel Bermúdez refirió la amplia ejecutoria de Armando Hart Dávalos desde su temprana juventud contra los gobiernos corruptos de Grau y de Prío, y su oposición vertical frente al cuartelazo del 10 de marzo de 1952.

El Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, definió al fallecido Director de la Oficina del Programa Martiano de verdadero fundador, que como Ministro de Educación dirigió a la Campaña de Alfabetización, y que al frente del recién constituido Ministerio de Cultura en 1976, rectificó errores y distorsiones, y restauró la comunicación con la vanguardia intelectual del país.

Rindieron guardias de honor el Segundo Secretario del Comité Central del Partido, José Ramón Machado Ventura; el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez; la vicepresidenta del Consejo de Estado Mercedes López Acea; el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular Esteban Lazo Hernández, y otros dirigentes del Partido, del Estado y del Gobierno.

Discurso pronunciado por el Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel, durante la despedida de duelo al revolucionario e intelectual Armando Hart Dávalos. La Habana, 27 de noviembre de 2017.

Compañero General de Ejército Raúl Castro Ruz.

Eloisa y familiares de Hart,

Compañeras y compañeros:

Nos hemos reunido en las últimas horas en esta institución para rendir tributo a una de las figuras esenciales de la Revolución Cubana.

El brillante intelectual y revolucionario Armando Hart Dávalos deja a las presentes y futuras generaciones un extraordinario ejemplo de lealtad, espíritu de sacrificio, firmeza y apego absoluto a los principios.

La trayectoria de Hart al servicio de Cuba se inició desde su temprana juventud, en la denuncia contra los gobiernos corruptos de Grau y de Prío. El sentido martiano de la ética guió invariablemente su conducta, siempre transparente, siempre implacable frente a quienes usaban la Patria como pedestal. De ahí que se opusiera de manera resuelta al cuartelazo del 10 de marzo de 1952 y enfrentara desde entonces a la tiranía batistiana. Fue miembro de la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio y participó activamente, junto a Frank País, Haydée y Vilma, en el alzamiento del 30 de noviembre de l956, en Santiago de Cuba, en apoyo al desembarco del Granma.  Dotado de una gran valentía personal, sufrió persecuciones y cárcel. Llegó a ser Coordinador Nacional del Movimiento 26 de Julio. El triunfo de la Revolución lo sorprende en el Presidio Modelo de Isla de Pinos.

Hart fue un verdadero fundador. Como ministro de Educación del primer gabinete revolucionario, dirigió la Campaña de Alfabetización y la admirable obra educacional y cultural  que transformó a nuestro país en aquellos años inaugurales. Una década después, asumió la dirección del recién creado Ministerio de Cultura, desde donde rectificó errores y distorsiones, restauró la comunicación con la vanguardia intelectual, impulsó la enseñanza artística y diseñó un sistema institucional que convirtió al pueblo en protagonista de los procesos culturales.

Hay que resaltar dentro de su fecunda vida las importantes responsabilidades que desempeñó como integrante de la dirección de nuestro Partido.

En su última etapa de trabajo, se entregó a una de sus pasiones centrales: el estudio y la difusión de la vida y la obra de José Martí. Estaba convencido de que en Martí el ideario cubano de la emancipación, la justicia y el antiimperialismo, había alcanzado su punto más alto. Al propio tiempo, guiado por Fidel, comprendió y supo defender la articulación orgánica entre el pensamiento martiano y el marxista.

El martiano Hart se convirtió en un ferviente fidelista. Desde que conoció a Fidel, lo siguió incondicionalmente. Fue un estudioso permanente de su acción y sus ideas. Entre ellas, de un principio cardinal de Fidel: la preservación de la unidad. Hart repetía que al clásico proverbio de «divide y vencerás» había que oponer el martiano y fidelista «unir para vencer». Esto era la base de lo que llamó “el arte de hacer política”, algo que aplicaba con particular interés en su diálogo con los jóvenes.

Desarrolló una notable labor ensayística y en el campo del periodismo. Algunos de sus libros fueron en su momento aportes muy novedosos en materia de política cultural y de la gestación de una nueva conciencia en el socialismo. Hoy siguen siendo una referencia obligada. Fue justo y hermoso el homenaje que recibió en la pasada Feria del Libro, cuando llegaron a manos de los lectores numerosos materiales inéditos de su autoría. A lo largo de este evento se constató el cariño y la admiración que siente y seguirá sintiendo el pueblo cubano por Hart.

Hasta el último de sus días fue un batallador intelectual y político incansable. Encaró de forma admirable el golpe moral que sufrió la izquierda tras el derrumbe del socialismo en Europa y trabajó arduamente para crear, ante la barbarie, un frente internacional de ideas, fidelista, martiano y marxista.

Agradecemos, en nombre de la familia y de la dirección de nuestro Partido y Gobierno, la presencia de ustedes aquí y las muchas expresiones de solidaridad y afecto recibidas desde que se difundió la noticia.

«La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida».

A esta frase de Martí, Hart añadiría: «Hasta la victoria siempre».

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