ESTRENO DE TEATRO: Sistema, de Abel González Melo

¿Alguna vez se podrá saber toda la verdad? No la verdad a medias, la verdad según quien la cuente, la verdad matizada por nuestras particulares percepciones de los casos y las cosas. Se supone que el periodismo (que no el teatro, que busca verdades esenciales) aspire a la objetividad; pero la vida, más allá de las ciencias exactas, es un conglomerado de subjetividades.

Abel González Melo parte de una cobertura periodística, de las notas en los periódicos que generó un escabroso acontecimiento, para reescribirlo, recrearlo, recontarlo y rehacerlo. No nos detengamos a encontrar los puntos en común, hasta dónde llega el documento y comienza la invención. Es más, convendría asumir la pieza sin detenerse en sus referentes.

Porque Sistema, la obra que ha presentado Argos Teatro, más que simple crónica, pretende ser ensayo sobre los vericuetos que sustentan eso que llamamos «la verdad».

La palabra del uno contra la del otro, los intereses, los engaños, las conveniencias, las deformaciones del carácter, el olvido, la desmemoria… todo ese «sistema» tiende una niebla sobre la verdad desnuda. Y muchas veces nos quedamos sin asideros, imperio de la duda.

Es el caso. A González Melo no le interesa revelarnos el hecho, sino el armazón de circunstancias que lo enmarañan ante los ojos de los que no lo vivieron, no lo presenciaron. ¿Es culpable el pintor de la violación que se le imputa? No hay respuesta en la obra. Cuando no hay pruebas sólidas (como aquí), siempre nos arriesgamos a prejuzgar.

El texto de González Melo va dejando pistas aquí y allá, pero nunca concluyentes. Poco a poco expone las miserias y las complejidades de sus personajes, en una narración ágil, muy directa, que rehúye de divagaciones.

Como las capas de una cebolla, las escenas van descubriendo nuevas perspectivas. Y se explicitan o se sugieren conflictos que muy bien pudieran ser punto de partida de interesantes tramas secundarias. Pero no hay mucho regodeo: nunca se pierde el rumbo.

Algo vagas, muchas veces apenas apuntadas, aparecen ciertas reflexiones sobre disyuntivas políticas, sobre los problemas del arte… al final se diluyen en la trepidante consecución de peripecias. Filosofar no parece ser de todas formas intención primera del autor. Importa más contar el cuento. Y esa vocación la comparte el responsable del montaje, Yeandro Tamayo.

El entramado es minimalista, pulcro, funcional, sin grandes complejidades coreográficas, sin escenografía corpórea, sirviéndose apenas de unas cuantas sillas y algún que otro elemento… Solo los personajes, el vestuario y la luz. Como para que nada distraiga, le quite preminencia a la historia y sus protagonistas… muy en el estilo de Carlos Celdrán, el director de Argos Teatro (aunque se extraña la efectividad de Celdrán en los tránsitos entre algunas escenas: el recurso de que los actores armen el contexto a los ojos del espectador llega a resultar cacofónico).

Uno de los mayores aciertos de la puesta en escena es la dirección de actores: cada uno demuestra compromiso con el personaje, comprensión del sentido de las acciones, dominio de la escena… Ayuda que, desde el texto, los caracteres parezcan bien construidos, pero el casting ha sido más que convincente.

Después de esta temporada de estreno, Sistema subirá nuevamente a escena en el mes de enero. Más que recomendable.

Sistema
Texto: Abel González Melo/ Puesta en escena: Yeandro Tamayo/ Música original y banda sonora: Denis Peralta/ Diseño de vestuario: Vladimir Cuenca/ Diseño de luces: Manolo Garriga/ Elenco: José Luis Hidalgo, Rachel Pastor, Yailín Coppola, Alberto González, Maridelmis Marín, Mariana Valdés.