Una gran escuela de arte

Una gran escuela de arte
Fecha de publicación: 
10 Marzo 2017
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Ciertamente, llama la atención que un país como Cuba cuente con un sistema de enseñanza artística del que incluso naciones mucho más desarrolladas pudieran enorgullecerse.

 

Tiene que ver con el alcance y la vocación humanista de la política cultural de la Revolución: el arte y la literatura tiene que ser patrimonio de todos.

 

Lo que en buena parte de América Latina es un auténtico privilegio, en Cuba es derecho perfectamente asumido: que un muchacho de procedencia humilde, nacido y criado en una comunidad perdida en medio de la serranía, pueda llegar a ser primer bailarín de una compañía de danza es, en otras partes, una excepcionalidad. En Cuba es lo más natural del mundo.

 

No obstante, el entramado cultural y sus instituciones no pueden dar la espalda a las circunstancias del país. No se trata de renunciar a ese acceso pleno a todas las manifestaciones del arte, sino de hacer más eficientes y eficaces algunos mecanismos.

 

Por eso el sistema de enseñanza artística del país se ha ido reorganizando en los últimos años. Algunos no comprenden las razones y se quejan, también con sus razones... pero en realidad se trata de que cada una de las muchas escuelas de arte en el país ofrezcan una preparación de excelencia.

 

Es posible que antes se estudiara Artes Plásticas en el nivel medio de casi todas las provincias orientales, por ejemplo. Ahora esa enseñanza se concentra en una sola de las provincias de esa zona.

 

Claro que el estudiante de Guantánamo lamentará tener que irse a Holguín, tener que alejarse de su casa, becarse... Pero se supone que en Holguín se puedan concentrar mejor los recursos humanos y materiales, de manera que se pueda ofrecer una preparación más contundente.

 

Si antes se estudiaba el nivel medio de danza en Granma; ahora se estudia en Guantánamo, pues esa ciudad cuenta con un movimiento danzario mucho más sólido, más compañías, más profesores...

 

Y ahí está precisamente uno de los retos de la enseñanza del arte en Cuba: mantener un buen nivel en el profesorado. Y está claro que no todas las especialidades pueden garantizarlo en la misma medida.

 

Por eso es imprescindible que la vanguardia artística de cada localidad donde esté ubicada una escuela de arte, se integre a los procesos educativos.

 

En algunas de las artes esto funciona perfectamente. Por ejemplo, en el teatro. Muchos de nuestros mejores actores y directores escénicos forman parte los claustros de las escuelas.

 

El vínculo con los estudiantes, que serán los futuros integrantes de nuestras compañías, ha sido vital a lo largo de estos años. Por eso contamos con tan buena cantera de jóvenes actores.

 

Hay escuelas de arte a lo largo y ancho de todo el país. Tiene que ver con la pretensión de diversificar los centros culturales. Hay buenas agrupaciones y artistas más allá de La Habana. Y hemos formado un público para todas las manifestaciones.

 

Eso hay que preservarlo. Que todo el que tenga capacidad y vocación entre a una escuela de arte, desde pequeño. Que los mejores pasen a los niveles medio y superior. El sistema de enseñanza artística cubano sigue siendo referente a nivel internacional. No podemos descuidar ese legado.

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