Sin vuelta atrás, a dos años del 17D

Sin vuelta atrás, a dos años del 17D
Fecha de publicación: 
17 Diciembre 2016
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En suelo cubano el abrazo del General de Ejército Raúl Castro, de sus familiares y de los Héroes Fernando González y René González, que ya habían cumplido completamente su sanción en aquella nación.
   

Jornada que marcó el júbilo de un pueblo y que dejó imágenes memorables como la de un grupo de jóvenes que tomaron calles de La Habana para celebrar el regreso.
 

Esa propia jornada, a las 12 del mediodía –simultáneamente desde La Habana y Washington– hablaron los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, para anunciar la vuelta de página en las relaciones bilaterales; comenzaba así el llamado deshielo en los vínculos tras más de 50 años de desencuentros.
   

Dos años de avances en las relaciones que pudieran sintetizarse en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, la reapertura de embajadas y que EE.UU. reconociera al gobierno cubano como legítimo y el fracaso del bloqueo económico, comercial y financiero que desde la década del ’60 se impone al pueblo de la mayor de las Antillas.
  

Aún hoy hay quienes se empeñan en dibujar los vínculos bilaterales como una suerte de diálogo de sordos; no obstante, gracias al diálogo y las posiciones de principio, Cuba salió de la lista que el Departamento de Estado de EE.UU. publica cada año con los supuestos países patrocinadores del terrorismo y donde nunca debió estar.
  

De igual forma se restableció el correo postal sin que se tuvieran que triangular los envíos; se reanudaron los vuelos regulares directos entre aeródromos norteamericanos y cubanos, y al menos una línea marítima de cruceros comenzó en mayo de este año a realizar viajes al archipiélago.
  

Aunque la motonave Adonia no transporta turistas porque el bloqueo estadounidense prohíbe que ciudadanos de ese país viajen a Cuba como tal, vienen autorizados bajo 12 categorías generales de licencias para el llamado intercambio “people to people” o pueblo a pueblo.
  

Al cierre del mes de octubre del 2016 la habían visitado un poco más de 208 mil norteamericanos, lo que representó un incremento del 68 por ciento en comparación con igual periodo del año 2015.
  

Sin embargo, los mayores resultados en las relaciones entre ambas naciones aún se concentran en la esfera político-diplomática pues en lo económico-comercial el bloqueo continúa siendo el elefante en la cristalería, inamovible todavía por un Congreso donde no es mayoría el consenso para levantar el entramado de leyes que lo regula.
   

Tras el restablecimiento de los vínculos diplomáticos se han realizado cinco reuniones de un mecanismo creado para viabilizar las relaciones: la Comisión Bilateral, que ha logrado vertebrar el diálogo en diferentes temáticas y que se lleguen a acuerdos sobre temas como la salud, en especial el memorando de entendimiento para la Colaboración en control del Cáncer; o sobre la protección de especies marítimas y otros de interés bilateral como el trabajo conjunto ante derrames de hidrocarburos.
  

Se han realizado 24 visitas de alto nivel –17 de Estados Unidos y siete de Cuba–; se adoptaron 12 acuerdos sobre temas de interés común y se negocian en este momento 12 más con la idea de poder concluir y firmarlos antes del fin del mandato de Obama, según ha comentado la Cancillería caribeña.
  

Cuba ha puesto sobre la mesa que para llegar a la normalización se deberá devolver el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de los Estados Unidos en Guantánamo y tendrán que eliminarse otras políticas injerencistas y lesivas a la soberanía que todavía están vigentes.
  

Ante la incertidumbre de qué pudiera pasar con el tema Cuba en gobierno de Donald Trump que comienza en enero, la nación antilana ha reiterado de la voluntad de continuar avanzando en la mejoría de las relaciones y en la construcción de vínculos de convivencia pacífica, beneficiosos para ambas partes.
  

Josefina Vidal Ferreiro, directora general de EE.UU de la Cancillería, declaró recientemente que Cuba esperaría que el nuevo gobierno estadounidense tenga en cuenta los resultados desde el 17 de diciembre de 2014, que cuentan con el apoyo mayoritario de la población, de los ciudadanos estadounidenses -incluyendo a la mayoría de los residentes cubanos en esa nación-, y de la inmensa mayoría de los países del mundo.  

 

“Cuba tiene la disposición de continuar avanzando en la construcción de una relación distinta, civilizada, sobre bases de respeto. El respeto es esencial. Y el respeto ha sido la clave del éxito y de los resultados que hemos podido obtener y mostrar a todos los interesados. Esa es la disposición de Cuba. Esa es la posición oficial nuestra”, sintetizó.
  

“Para nosotros ese es el camino: seguir identificando oportunidades que representen beneficios para los dos países, trabajar en el respeto a las diferencias y seguir marchando hacia adelante en beneficio de los dos países y de la región, que en definitiva se beneficia de una relación diferente entre Cuba y Estados Unidos”, concluyó Vidal Ferreiro.
  

Un camino desde el llamado 17D de 2014, que aunque muchos lo pretendan no tiene vuelta atrás: ni a una Cuba capitalista, ni a un país aislado, y donde la dignidad y el bienestar de un pueblo está asegurado.

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