Boxeo cubano sufre su primer nocao olímpico en 16 años

Al enviar a Peró a la lona, el pegador balcánico ratificó la crisis que sufre Cuba en las divisiones superiores, pues el joven de 23 años de edad tampoco parece ser el relevo de los legendarios Teofilo Stevenson, Roberto Balado o Félix Savón.

Mucho amague y poca dinamita cargan los superpesados cubanos en sus puños, y si además tienen mandíbulas de cristal, asusta el panorama para el denominado Buque Insignia del Deporte Cubano, de cuyo avance dependerá en gran parte la posición final del país en el medallero olímpico.

El boxeo cubano jamás ha logrado repetir una cosecha como la conseguida en Atenas-2004, pero al menos sus representantes caían por puntos, y no faltaron teorías conspiratorias ni decisiones insultantes, para bien y para mal.

El mencionado Álvarez sucumbió en la división de 81 kilogramos ante un kazajo que lo molió a piñazos, pero cuatro años antes, el estadounidense David Bowie sacó del congelador un pleito que tenía perdido, y tumbó a Alfredo Duvergel en un memorable nocao.

Por su parte, Peró conquistó en 2010 la corona olímpica juvenil en Singapur, al vencer en la final al italiano Fabio Turchi, con uno de los nocaos más rápidos y fulminantes jamás vistos, a pocos segundos de sonar el gong inicial.

Sin embargo, en el cuadrilátero de los mayores fue, valga la redundancia, mayoreado por el favorito Hrgovic: si las anteriores derrotas en Rio-2016 pudieron ser tomadas como un conteo de protección a los boxeadores cubanos, este revés les recuerda a qué sabe el encerado.