El lobo y la fábula de Cuba Posible
especiales
Las fábulas de Esopo las escuché muchas veces en voz de mi abuelo. Siempre me llamó la atención su composición breve, pero de mensaje contundente contra los vicios del género humano. En la mayoría de los casos, los protagonistas son animales u objetos humanizados y resultan recurrentes las malevolencias del lobo, las intrigas del zorro o la superioridad de Zeus. Siempre encierran una enseñanza moral, trasladan un consejo o marcan una pauta en la conducta de los hombres.
Al observar algunos acontecimientos recientes afloraron al instante aquellos cuentecillos que mi abuelo narraba para ilustrarme con mayor claridad fenómenos, comportamientos y actitudes cercanas muy reales. Recuerdo que las unía con los refranes populares y por ejemplo, a veces me decía: “todo lo que brilla no es oro” e instantáneamente repetía “has escuchado la fábula de El lobo y el labrador”, contándola de inmediato, a pesar de que ya la hubiera repetido otras veces:
“Llevó un labrador su yunta de bueyes al abrevadero. Caminaba por ahí cerca un lobo hambriento en busca de comida. Encontró el lobo el arado y empezó a lamer los bordes del yugo, y enseguida y sin darse cuenta terminó por meter su cabeza adentro. Agitándose como mejor podía para soltarse, arrastraba el arado a lo largo del surco. Al regresar el labrador, y viéndolo en esta actividad le dijo: — ¡Ah, lobo ladrón, que felicidad si fuera cierto que renunciaste a tu oficio y te has unido a trabajar honradamente la tierra!”
Y terminaba diciendo: “Moraleja: aunque parezca que los malvados actúan bien, su naturaleza los delata; nunca debes creerles aun cuando se haga pasar como bueno”.
Hoy nos quieren imponer todo lo contrario -el lobo villano convertido en cordero-, cuando presentan con pasmosa naturalidad a la organización Open Society (Sociedad Abierta), como una caritativa e inofensiva organización que financia y acoge a un minúsculo grupo de personas que, desde esta isla, fueron a debatir en Nueva York el futuro de Cuba, entre extranjeros y emigrados. Es imposible hablar de la Open Society, sin mencionar su dueño: George Soros.
Soros, encarnación perfecta del “lobo” de las fábulas, tiene un interesante historial en la financiación de grupos de oposición a gobiernos socialistas, progresistas o simplemente que contravengan sus intereses capitalistas. Porque hay que decirlo, por esencia, él mismo se cataloga como un capitalista ferviente, defensor a ultranza del liberalismo económico, doctrina para la cual el Estado sobra y que Soros se ha encargado de impulsar y apoyar en todo el mundo a través de sus donaciones económicas y fundaciones integradas en Open Society.
Este “lobo” de fábula es un magnate millonario, de origen húngaro, aunque ya también reconocido como estadounidense. Amasa una de las fortunas más grandes del planeta, que hizo a costa de especulaciones financieras, esfera en la que es uno de los más sobresalientes exponentes.
En mayo del 2014, Soros reconoció a la CNN su responsabilidad en el establecimiento de una fundación en Ucrania para el derrocamiento del gobierno legítimo de ese país un año antes. Igualmente aceptó el comentario del periodista, cuando le planteó que “una de las cosas que muchas personas reconocen [sobre él] fue que durante las revoluciones de 1989 financió actividades de los disidentes y grupos de la sociedad civil en el este de Europa”.
En días recientes se divulgó un documento desclasificado de la CIA, de febrero de 1987, que lo vincula con un ataque terrorista en la antigua Checoslovaquia, a partir del abastecimiento a elementos contrarrevolucionarias, específicamente del grupo “Carta 77”.
Diversos medios en Internet señalan que en 2003 su apoyo financiero y organizativo en la “Revolución de las Rosas” en Georgia fue considerado por los observadores rusos y occidentales como “crucial para el éxito” de este movimiento. Soros afirma que su rol ha sido exagerado, pero no ha desmentido su intervención en este proceso.
Entre los aportes que le son más reconocidos dentro de los Estados Unidos se encuentra haber donado grandes sumas de dinero para conseguir la derrota, a la larga infructuosa, de George W. Bush en las elecciones presidenciales del 2004.
Aunque muchos medios de comunicación evitan mencionarlo, Soros ha trabajado estrechamente con la USAID, la Fundación Nacional para la Democracia (NED) –pantalla de la CIA-, el Instituto Republicano Internacional, el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales, la Casa de la Libertad (Freedom House) y el Instituto Albert Einstein. Este último con importante participación en el apoyo del movimiento “Otpor” en Yugoslavia que condujo al derrocamiento del gobierno de Slobodan Milosevich, que también contó con financiamiento y asesoría de George Soros y la Open Society.
Con esta apretadísima síntesis ni siquiera nos acercamos al historial del personaje, pero sí contribuye a mostrar en qué consiste el trabajo de las Open Society Foundation, esas tres palabras que tan oportunamente han quedado en el encuadre de varias fotografías en los últimos días. La organización es sencillamente el canal financiero y ejecutor de la voluntad del jefe de la manada.
Está catalogada como la segunda en el mundo que más volumen de donaciones eroga. Fue impulsada por Soros en 1984 con el objetivo de financiar actividades de promoción de la democracia, los derechos humanos, las libertades cívicas y el estado de derecho, con una sucursal solo para América Latina. Bien sabemos los cubanos lo que esas “promociones” significan en materia de subversión, pero sin dudas la organización es un anillo a la medida para nacientes “laboratorios de ideas”.
La fundación fue anfitriona y copatrocinadora de un debate promovido por Cuba Posible, organización que se define como escenario de debate para los temas de interés nacional, pero que se proyecta en la práctica como plataforma partidista, con el respaldo de personas, fundaciones y gobiernos interesados en la transición de Cuba a los intereses del gran capital.
El encuentro giró entorno a interrogantes como:
“¿Puede aspirar Cuba a ser un país desarrollado en 2030? ¿A cuál desarrollo? ¿Cuál es la cualidad y la calidad de las transformaciones sociales en Cuba en cuanto a bienestar, equidad y justicia? ¿Qué estrategias y caminos recorrer para lograr el levantamiento definitivo del bloqueo y de otros mecanismos de confrontación entre Estados Unidos y Cuba?”.
“Casualmente” todas las preguntas están relacionadas con los documentos del Congreso del PCC que serán sometidos a consulta popular en los próximos meses, y dicho debate se anunció, también “casualmente”, un día después que fueran divulgados y una semana antes de que comience su debate. ¿Acaso se pretende influir en el mismo?
A pesar del conocidísimo historial para acabar con gobiernos socialistas y capitalistas de la organización de Soros, quedé perplejo cuando Roberto Veiga, director de Cuba Posible, expresó:
“Con satisfacción doy testimonio de que este suceso está siendo posible gracias al entusiasmo, al compromiso y al esfuerzo de la Fundación ‘Sociedad Abierta’ (Open Society), en especial de su equipo para América Latina, quien desde hace algún tiempo se acerca a Cuba y dialoga con actores nacionales de la Isla y de la emigración, y que decidió ser anfitriona y co-financista de esta iniciativa de Cuba Posible”.
Solo atiné a pensar en mi abuelo, quien seguro que en ese momento hubiera recordado la fábula de “Zeus y la serpiente”, aquella que narra el momento en que muchos animales realizaban ofrendas a Zeus, y cuando este vio llegar al reptil a rastras con una rosa blanca, le dijo: De todos acepto sus presentes, pero no los quiero de tu boca”. De más está decir la moraleja.
Pero los ahijados de George Soros y la Open Society Foundation, no son meros ingenuos, aunque mucho menos mitológicos Zeus. Ante tales reconocimientos y el orgullo con que los asumen, solo queda pensar que “¡Para tal clase de barco, tal piloto!”.
La alianza anunciada es lo menos preocupante. Jaurías peores ha tenido que enfrentar el proyecto socialista cubano. Lo más peligroso es el lenguaje envolvente y envilecedor, que intenta confundir usando símbolos sagrados. Pretenden tejerse un manto de apoyo manipulando convenientemente las intervenciones del compañero Raúl Castro. En las palabras inaugurales, el director de Cuba Posible plantea:
“Sin embargo, lo anterior demanda de un diálogo intenso, sereno y responsable, porque invariablemente conviven diversos modos, tal vez legítimos casi todos, de concebir hacia dónde marchar y cómo hacerlo; y por ende también reclama la necesidad de encontrar acuerdos a favor de una síntesis donde todos podamos identificarnos. El propio presidente Raúl Castro ha clamado en busca de actitudes y de voluntades que capaciten para el diálogo, y ha prevenido acerca de la imperiosa y profunda necesidad de perfeccionar –como es lógico, desde fundamentos socialistas- el modelo social, cultural, económico y político cubano (quien tenga duda de esto, lea con apertura y sin prejuicios todos sus discursos, sus intervenciones en el VII Congreso del PCC y sus declaraciones después de la visita realizada por él al papa Francisco en el Vaticano).”
No es la primera vez que ocurre. Intentan hacer ver y creer que el líder cubano los “apoya”, y por tanto, como también ha ocurrido, quienes los denuncian quedan como extremistas que no solo van contra la plataforma política de la Revolución, sino contra el líder cubano.
Sin embargo, omiten oportunistamente dos alusiones del Presidente que los retrata contundentemente. Una de ellas, el Primero de enero del 2014, en Santiago de Cuba:
“En nuestro caso, como sucede en varias regiones del mundo, se perciben intentos de introducir sutilmente plataformas de pensamiento neoliberal y de restauración del capitalismo neocolonial, enfiladas contra las esencias mismas de la Revolución Socialista…”
Más recientemente, durante la clausura del VII congreso del PCC, reiteró la existencia de:
“acciones dirigidas a introducir plataformas de pensamiento neoliberal y de restauración capitalista apoyadas por una perversa estrategia de subversión político-ideológica que atenta contra las esencias mismas de la Revolución y la cultura cubana, la historia y los valores que en ella se han forjado, la innegable existencia de problemas acumulados en la sociedad, a lo que se suma el propio proceso de implementación de los Lineamientos y los profundos cambios en que nos encontramos inmersos, así como el nuevo escenario en las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos…”
¿De quién creen que estaba hablando el General-Presidente?
No importa si George Soros no estuvo físicamente en el evento de Nueva York, era suficiente con que el manto de su organización los cubriera. Él, como en contextos históricos anteriores, no está ajeno ni impávido, muchos menos su intención es contribuir a fomentar un un debate en Cuba para más socialismo. Esa es, en todo caso, la fábula que Cuba Posible nos quiere contar.
Añadir nuevo comentario