Televisión Serrana desde una Cuba que también existe

Televisión Serrana desde una Cuba que también existe
Fecha de publicación: 
19 Marzo 2016
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   Con más de 20 años de quehacer sostenido y una obra reconocida en foros artísticos y especializados a nivel nacional e internacional, la Televisión Serrana vive ahora una suerte de epifanía con el público cubano habitual o adicto a la pequeña pantalla, dentro del cual crecen los interesados y hasta deslumbrados por la más recientes entregas.  

   En primer lugar se agradece la irrupción de tales imágenes de una realidad social  poco tratada en la creación audiovisual criolla:  el entorno rural cubano. Y casi a la par se produce el impacto de las historias de vida presentadas de forma  veraz o verosímil,  con pasmosa naturalidad. Y se agradece, igual, que el relato del ser humano sea casi siempre el centro, sin obviar su interrelación con el medio geográfico y social, tan poderoso que a veces parece aplastar a aquellas vidas tan interesantes y sencillas.

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   La apoteosis del paisaje serrano, con sus caminos  demasiado cuesta arriba, pendientes, ríos desbordados o en calma, manantiales y cañadas, sus temporales, aislamientos, soledades y visiones bellas espectaculares, recuerdan que vivir en esa cadena montaños, incluso con la justicia social ganada,  es una experiencia muy diferente, pero puede llegar a ser muy dura.

 Todavía hay una obra por hacer en aquellos privilegiados parajes, de la mano del desarrollo por ganar, en que el país está enfrascado. Un verdadero desafío para la población serrana.

   En los documentales proyectados, el  mentado distanciamiento de ese mundo distinto suele volverse una realidad desconcertante y a veces punzante,  pero que no deja a casi nadie indiferente.

   Al final, el resultado es bueno. La sensibilidad y el humanismo del espectador suelen desbordarse, como cuando se oye una hermosa sinfonía  o una obra coral de múltiples resonancias.

  La TV Serrana fue fundada el 15 de enero de 1993 por Daniel Diez, un cineasta y realizador habanero quien al hacerlo cumplía finalmente sueños de juventud nacidos durante su etapa de brigadista de la Campaña de la Alfabetización en la cadena montañosa más grande de Cuba.

     Daniel Diez dirigió Televisión Serrana hasta 2002 como proyecto comunitario autónomo con un marcado compromiso social que lo llevó a contribuir a mejorar el nivel de educación, rescate de tradiciones y florecimiento de la cultura en las comunidades de la oriental serranía.

   Su esfuerzo y su “locura” no cayeron el vacío. En lo personal, el otorgamiento en 2015 del premio Nacional de Televisión a ese pionero de una obra perdurable fue en parte un justo reconocimiento a su entrega, audacia y creatividad.

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    Muchas personas se involucraron en el proyecto y por suerte, en las buenas y malas otros siguen sus pasos, con promisorios resultados. Además de su connotación social, el tiempo ha ido acrisolando  una creación de singulares valores técnicos y artísticos, con un lenguaje actualizado, lejos del “provincianismo” y el acartonamiento. Cerca de la tierra, la provincia y el paisano.

  La Maestra es  hace algún tiempo un enclave trascendente en el imaginario nacional por ser escenario principal del nacimiento y consolidación del Ejército Rebelde que bajo la guía de Fidel Castro libró la última guerra de liberación. En su escapada topografía abundan los sitios históricos y los lugares sagrados.

  También, por la riqueza de sus ecosistemas y la diversidad biológica en proceso de conservación, por su reconocida fragilidad, de acuerdo con especialistas,  el medio es un referente constante en torno al tema de la protección del medio ambiente.

   Pero la vida de sus habitantes, de esos niños y niñas, hombres y mujeres jóvenes, adultos y ancianos, hablándonos de sus costumbres,  mitos, de sus sueños y  sus cosmovisiones, ha sido algo inédito. También el verlos trabajar, andar y desandar un entorno difícil, estudiar, amar, tener hijos y luchar por la existencia.

  Pero los documentales de la Televisión Serrana,  perteneciente al Instituto Cubano de Radio y Televisión, no solo muestran historias personales. Han expuesto procesos sociales cómo la migración de los jóvenes desde las serranías a las ciudades y el despoblamiento paulatino de la cadena montañosa.

  Del documental de Rigoberto Jiménez Cuatro hermanas, de gran repercusión, surgió la recién estrenada película de ficción Café Amargo, del propio director, un cineasta nacido en esos parajes, formado por la televisión Serrana.

  En 2006 la entidad tomó nuevos aires con nuevos talleres y la formación de grupos creativos. De esta hornada salieron las jóvenes creadoras Ariadna Fajardo, autora de La casita, A dónde vamos, Papalotes, Al sur…el mar y Achel, la vaquerita, entre otros tampoco nada desdeñables.

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   Se trata de una creadora de reconocidas dotes como guionista, entrevistadora y con gran pericia en el manejo del montaje cinematográfico, que dotan a sus obras de una notable complejidad estilística y psicológica,  sin detrimento de la claridad del mensaje y de una belleza artística impresionante.

  Por igual senda, por la utilización de saberes técnicos y su sensibilidad va la también joven Lenia Sainiut, cuya obra El Mundo de Karla es una rara joya y un canto de esperanza, un regocijo para cualquier corazón.

  Siguiendo el hilo de la creación actual de la TV Serrana, a estas alturas con más de 400 documentales, reportajes e informaciones, sería injusto y equivocado pensar en su obra como un “cine de la pobreza” y manipulador de sentimientos indignos como la lástima o la frustación. Está más cerca del humanismo, la voluntad, sabiduría,  la capacidad de lucha, de soñar y las esperanzas del hombre de las montañas en Cuba.

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