El equipo cubano de voleibol arribó a la patria procedente de Edmonton, invicto en tres partidos sin perder un set y con el boleto olímpico junto a la copa que lo acredita campeones del Clasificatorio masculino de la NORCECA.

"La victoria realmente fue extraordinaria y muy importante para nuestro deporte, competimos en terreno difícil por el compromiso, pero los muchachos salieron con garra desde la apertura", manifestó a JIT el entrenador principal Rodolfo Sánchez.

Explicó que la estrategia se cumplió al asegurar el saque, fundamental para un buen bloqueo, así como la defensa atrás.

"Esa resultó la fortaleza del elenco en relación con su actuación en los anteriores torneos, también fue positivo el ataque y creo que algo fue vital, el bloqueo, estuvo impresionante en toda la línea y todos los que entraron a la cancha estuvieron bien", aseguró contento.

Comentó que eso sucedió en todo el Preolímpico para asegurar las barridas contra Puerto Rico, México y Canadá, especialmente en el decisivo contra los locales, varios hicieron puntos en el servicio, encabezados por Rolando Cepeda (5).

"Aunque cometimos menos errores no forzados que los rivales, presentamos problemas en los terceros parciales, pero en el último partido contra los favoritos supimos venir de atrás y ganarles", dijo.

"La disposición fue excelente en todos los jugadores, así como del resto del grupo, y fue para mí y lo es para nuestro voleibol el trabajo de asistente del profesor Gilberto Ídolo Herrera, quien fue mi entrenador en la selección nacional", reconoció.

Herrera llevó las riendas en los Juegos de Montreal en 1976 cuando la isla logró su única medalla (bronce) en una cita olímpica. También dirigió las selecciones de España, Grecia, Turquía, Cuba nuevamente y Venezuela.

"Eso es algo fenomenal y esperamos que siga, creo que ha ayudado al equipo en la organización, tenemos buen elenco, pero comprendo que estaba un poco disperso, él se consagró a eso y nuestros muchachos lucieron muy bien", expresó agradecido.

Sánchez, visiblemente alegre porque el sueño se le hizo realidad, meditó sobre la ruta a seguir ahora con el cupo en mano para el verano próximo en la Ciudad Maravillosa.

"Vamos a replantear la situación, ahora los cuatro contratados regresan a sus respectivas ligas extranjeras hasta mayo, luego participaremos en la Liga Mundial y no sé ahora qué otro evento tendremos, tratar de seguir estables, pero limar aspectos que son importantes", anunció.

Como a cada uno de los jugadores también reclaman al joven entrenador familiares y amigos en la terminal aérea José Martí, donde los recibieron además miembros del consejo de dirección del INDER, del centro de alto rendimiento Cerro Pelado y la Escuela Nacional.

Todos mostraban la alegría sabedores que gracias a su actuación Cuba volverá a unos Juegos Olímpicos luego de 16 años ausente de una lid en que sumó seis participaciones: 1972 (10mo.), 1976 (3ro.), 1980 (7mo.), 1992 (4to.), 1996 (6to.) y 2000 (7mo.).

Liván Osoria, un central de 21 años y 2.01 metros de estatura, con una amplia sonrisa recuerda la noche de este domingo.

"Mucha euforia y entusiasmo, muy contentos al brindar esta alegría al pueblo y porque era el fruto de todo el esfuerzo que hicimos durante un año de sacrificio y el trabajo de nuestros entrenadores", señaló.

Osoria cree que la experiencia adquirida en las ligas foráneas se revirtió luego en el rendimiento del equipo. "Esa cohesión grupal contribuyó a este triunfo", recalcó.

Uno de los más jóvenes de la formación regular, el veinteañero Osmany Uriarte, apuntó que "es algo muy grande tan joven poder asistir a unos Juegos Olímpicos y me siento feliz también porque dominamos a Canadá, adversario que nos había ganado varias veces, y pude ayudar a mi equipo".