Serrat ve progresos en América Latina pero también más camino por recorrer

En líneas generales y en una visión de los últimos 20 años en América Latina, "podemos hablar perfectamente (de) que hay un progreso a nivel social, económico y un camino muy largo (...) porque hasta que este progreso no alcance a todos los ciudadanos del mismo modo, no podremos hablar de un progreso en sí", dijo.

Así lo señaló el autor e intérprete de "Mediterráneo" en una reunión con periodistas en Quito, donde ofrecerá esta semana un concierto de la gira de promoción de "Antología desordenada", con la que celebra medio siglo de carrera artística.

Cuando hizo esta antología, "libre y personal" y en la que hay una "voluntad clara de no ordenarla de ninguna forma", Serrat no quiso reunir canciones solamente, sino "colocarlas en el presente" y por ello volvió a grabar los temas, "para que tengan la voz, sonido y arreglos de ahora", según dijo.

El cantautor español aseguró que nunca ha tratado de reinventarse: "para mi la vida ha sido un camino. No he andado por ella brincando, he andado por ella recogiendo cosas y dejando cosas, como todos, en una combustión, quemando etapas".

"Nunca he tenido un problema conmigo mismo tan complicado que tuviera que resolverlo a partir de una drástica separación con el pasado", añadió.

Para él, la vida es "el milagro más grande" que se tiene y apuntó que le alegra siempre encontrarse gente que vive el tiempo con la certeza de que es efímero, "pero lo hace sin angustia, con la naturalidad de que las cosas ocurren, sin pretender absorber más de lo que se puede".

"Soy consciente del tiempo de vida que he tenido y del tiempo de vida que me puede quedar; trato de disfrutar cada día en la medida que puedo la alegría ésta de abrir los ojos y ver que el sol sigue ahí (...), el regalo del milagro de estar vivo", comentó.

Comentó que no se plantea grandes objetivos para vivir, que trata de hacer lo que "buenamente la vida" le permita y regale, y que, de momento, su preocupación mayor es estar cerca de su hija y esperar el nacimiento de su tercer nieto.

Haciendo gala de su humor, dijo que en el concierto del próximo miércoles en la capital ecuatoriana no habrán elefantes, bailarinas exóticas, ni traga sables o trapecistas.

Habrá -agregó- "un grupo de gente haciendo música, muy integrados con la música que hacen y con la alegría de subirse a un escenario, de tener el premio maravilloso de subirse a un escenario y compartir canciones con la gente".