Retrospectiva Wifredo Lam en París revela complejidad del artista cubano

Retrospectiva Wifredo Lam en París revela complejidad del artista cubano
Fecha de publicación: 
28 Septiembre 2015
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Más de 400 obras --pinturas, dibujos, fotografías, además de revistas y libros-- integran esta muestra que abre el miércoles hasta el 15 de febrero de 2016, antes de ser presentada en el Reina Sofía de Madrid (12 de abril-15 de agosto) y la Tate Modern de Londres (14 de septiembre 2016 al 8 de enero de 2017).

"A través de la selección de obras y de su disposición en el espacio, nos propusimos poner en evidencia sus desarrollos complejos y salir de los clichés centro-periferia, América Latina, Picasso y surrealismo", explicó a la AFP la curadora de la exposición Catherine David, directora adjunta del Museo de arte moderno de París.

La vida del artista cubano nacido en Sagua La Grande en 1902 y fallecido en París en 1982 fue un constante viaje entre el Caribe, América Latina y Europa.

Hijo de un inmigrante chino y una madre descendiente de africanos y españoles, Lam estudió arte en Madrid en los años 1920 y tomó partido por los republicanos durante la guerra civil, antes de trasladarse a París en 1938, donde conoció a Pablo Picasso.

De la mano del maestro español entró en contacto con los surrealistas y con el escritor Michel Leiris, que lo inicia al arte africano, muy presente en su obra.

- Una oportunidad única -

La retrospectiva insiste en la variedad de influencias y en la complejidad de una obra que ocupa un lugar especial en la historia del arte moderno occidental, evitando caer en los estereotipos.

El arte de Lam, explica Catherine David, "consistió en integrar a un espacio moderno que contribuyó a abrir --fue un formidable inventor de formas-- una cantidad de elementos que nunca hubiesen entrado por sí solos: referencias a la cultura caribeña y figuras híbridas sumamente complejas".

Según la experta, "en realidad fue más lo que los surrealistas proyectaron sobre él que la inversa". Los frecuenta --especialmente André Breton, para el cual ilustró el poema "Fata Morgana"-- durante una estadía en Marsella al inicio de la Segunda Guerra Mundial a la espera de una visa para poder regresar al Caribe.

La muestra incluye el período poco conocido de su formación académica en España. Abarca además diferentes formatos y materias, incluyendo el grabado, que sustituye a la pintura a partir de los años sesenta y la instalación definitiva en Albissola, en la costa de la Liguria italiana.

Las estrellas de la exposición son dos grandes cuadros prestados por el MoMA de Nueva York, "Presente Eterno" (1944) y "La Jungla", un óleo y témpera sobre papel realizado al año anterior, colorida obra de marcada verticalidad que evoca el regreso a la isla natal, su fauna y su vegetación.

"Cuando uno mira 'La Jungla' piensa más en Matisse que en Picasso", comenta Catherine David. Advierte que el cuadro regresará a Nueva York tras su estadía en París, es decir que no se mostrará en el Reina Sofía ni en la Tate.

Como ocurre a menudo con las grandes retrospectivas, su interés radica en poder ver el conjunto de la obra de alcance universal de este artista fascinado por el esoterismo y disfrutar el diálogo entre piezas que están dispersas en distintos rincones del mundo. "Es una oportunidad única --insiste la curadora-- para tener una mirada sobre toda la obra de Lam".

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