Emily Watson, homenajeada en el Festival de Cine de San Sebastián
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La vida de actor "imagino que es como una vida de nómada, simplemente vas donde te lleva el viento", afirmó la británica, de 48 años, que ha trabajado en una treintena de películas bajo la batuta de cineastas como Robert Altman en 'Gosford Park' (2001), Tim Burton en 'La novia cadáver' (2005) o Steven Spielberg en 'War Horse' (2011).
Sin embargo, también ha trabajado en obras tan comerciales como su último trabajo, la estadounidense 'Everest', dirigida por Baltasar Kormákur.
"Como actor no puedes tener un plan", aseguró antes de recoger el premio en una ceremonia de gala celebrada por la noche en el palacio Kursaal de San Sebastián.
"Cuando leí la larga lista de gente que lo ha recibido antes que yo, me sentí increiblemente honrada", afirmó.
Creado en 1986, el premio Donostia, que en su primera edición recayó en el actor estadounidense Gregory Peck, ha sido otorgado a grandes figuras como Lauren Bacall, Al Pacino, Robert de Niro o Meryl Streep. También a Glenn Close, Ian McKellen, Antonio Banderas, Julia Roberts, Woody Allen, Francis Ford Coppola o John Travolta, entre otros.
Reconociendo que le falta por interpretar a una villana y que le gustaría hacer comedia, Watson aseguró no poder quejarse de su carrera: "ha sido un viaje muy excitante", dijo. Y admitió que su debut en la gran pantalla encarnando a la torturada Bess McNeill en 'Rompiendo las olas', fue crucial.
Lars Von Trier "tiene reputación de ser difícil, pero tuve una experiencia increíble" trabajando con él, afirmó. "No estoy segura de saber qué era actuar antes de hacer esa película", subrayó. Y "cuando haces algo extremo, la gente te pide que hagas otras cosas extremas", propiciando "muchas oportunidades por las que me siento muy agradecida".
- Vida y sueño -
En su último día de concurso, la 63ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián proyectó la película española 'Un día perfecto para volar', de Marc Recha.
Rodada con su hijo pequeño, Roc, y su gran amigo el actor catalán Sergi López, la cinta muestra un día aparentemente normal entre un niño y su padre en un macizo mediterráneo junto a la costa.
Hacen volar una cometa e inventan a dos voces un cuento protagonizado por un gigante mágico, tan grande que nunca consigue sumergirse completamente en el mar.
Un conejo blanco de orejas rojas, una seta mágica que ronca, un bosque de árboles que hablan una lengua extraña, una araña venenosa obsesionada con picar...El niño en brazos del adulto, ambos van desgranando personajes con humor y ternura. Hasta que descubrimos que Sergi no es el padre de Roc.
La película "habla principalmente sobre la paternidad deseada, constructiva y positiva, a partir de ahí, hay un juego donde se desdibuja la frontera entre la vida vivida y la vida soñada", explicó Recha.
Se proyectó asimismo 'Les Démons', del cineasta canadiense Philippe Lesage, sobre los miedos internos de un niño, algo para lo que se basó en su experiencia personal. "El personaje de Félix está muy ampliamente inspirado de mi infancia", explicó.
Interpretado por el jovencísimo Edouard Tremblay-Grenier, Félix es un niño normal, que vive con su familia en un barrio de clase media en Quebec.
Sin embargo, lo que ve y lo que oye se mezcla con su imaginación infantil, atormentándolo con ideas como la homosexualidad o el retorno de los muertos mientras, muy cerca de él, actúa un pederasta.
También en la sección oficial, pero fuera de competición, se presentó la película española 'No estamos solos', una historia coral dirigida por Pere Joan Ventura, sobre las personas que desde las asambleas de barrio o las universidades han agitado la vida de las ciudades españolas con movimiento como el de los 'indignados'.
El festival se clausurará el sábado con la ceremonia de entrega de premios y la proyección, fuera de concurso, del musical 'London Road', última película del británico Rufus Norris, director de la aclamada 'Broken' (2012).
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