Miami: Cuando lo desnudan ellos mismos
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Se llama Sabina Covo, quien lo hizo este fin de semana bajo el titulo: “Miami, nuestra corrupción e indiferencia”.
Inició su artículo narrando el diálogo que sostuvo en Sweetwater con un periodista de la televisión colombiana.
Este buscaba datos respecto al sonado escándalo que golpea a la policía de ese territorio floridano.
Allí confiscaron 19 armas supuestamente desaparecidas, narcóticos, recibos perdidos, el FBI involucrado y la unidad anticorrupción del municipio Miami Dade.
Según la reportera, le preguntó a su colega el motivo de estar cubriendo a Sweetwater, un lugar insignificante como suceso mundial.
¿Respuesta? Sabina, “una ciudad de Estados Unidos en el que se pierda del mismo cuarto de evidencia, la evidencia. Me quedó sonando. Tiene razón. Es noticia internacional”.
La articulista del Herald escribió renglón seguido:
Nos hemos dado cuenta de que esta ciudad no es el único lugar corrupto del país debido a que la mayoría somos hispanos, “aunque desafortunadamente para algunos es así”.
Luego añadió: Miami entre otras cosas es la capital del fraude al Medicare, del robo de identidad e impuestos.
A continuación la periodista sentenció que allí “las marañas están por doquier”, y lo calzó escribiendo:
Se pierden narcóticos que después son vendidos por los mismos que supuestamente imponen la ley.
En Miami-Dade las grandes ausencias durante los días de elecciones o la frágil presencia de activistas en comités públicos deja mucho que desear, subraya.
La indolencia del pueblo atiza la corrupción, afirma Covo, y por eso debemos evitar que nos igualen con una “república bananera” donde compran sus elecciones.
No es la primera vez que profesionales de ese tipo revelan la existencia de graves llagas sociales en Miami.
Entre ellos el cubano Andrés Hernández Alende, hace dos años uno de los principales contendientes en el Concurso Internacional de Novela Contacto Latino.
Alende, radicado en aquella ciudad, es el autor de la novela El Ocaso, donde aborda la corrupción y ambiciones desmedidas que priman en Miami.
Antes le publicaron “El Paraíso tenía un precio”, obra tampoco ajena a esas cuestiones.
Esos muy reveladores títulos podrían haber adelantado, hasta cierto punto, el presente y futuro de esa elegante y sombría localidad floridana.
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