Cuando el amor no alcanza: ¿El paso del cangrejo?

Cuando el amor no alcanza: ¿El paso del cangrejo?
Fecha de publicación: 
9 Julio 2015
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Cuando el amor no alcanza tiene a su favor que en cada capítulo sucede algo y ha logrado algunas pinceladas cómicas. Es un suave reflejo de la realidad. Hay un mosaico de colores raciales y de niveles de vida, sin que estos formen parte de las tramas esenciales, sino que son un tejido de fondo. Se desarrollan varias historias que, en su mayoría, tienen como escenografía un edificio con su elevador.

Y este elevador, suerte de ¿símbolo?, como presentación y despedida, no está a la altura de algunas de las últimas telenovelas cubanas, ni hay una canción tema como la de La otra esquina, por ejemplo.

Meses atrás me encontré con Jorge Alonso Padilla en la calle y le pregunté cómo iba la telenovela. Me habló de un serio problema con los set porque hubo que reparar o cambiar los aires acondicionados de los estudios. De hecho, Cuando el amor no alcanza tenía un 60 por ciento de trabajo en interior, pero tuvo que volcarse a exteriores, aumentando así los tiempos de grabación.

Esa eventualidad, más el accidente de Patricia Ramírez, que interpretaba a Leida, atrasó la filmación de Cuando el amor no alcanza. Al final, la actriz Angélica María asumió el rol de la esposa de Ernesto, por lo que en un mismo capítulo habrá dos Leidas.

Esos fueron algunos tropiezos de Padilla para dar vida al guion de Maité Vera que terminó Consuelo Ramírez, y en el que intervino el propio director. El realizador caminó con más éxito que críticas por la serie Bajo el mismo sol y en su reconocido teleteatro Marx en el Soho.

Padilla gusta de trabajar con actores y actrices poco conocidos. Daylenis Fuentes era un nuevo rostro en la pantalla cuando dio carne y sangre a Lissette, una joven lesbiana y exreclusa en Bajo el mismo sol. Los televidentes agradecieron aquel nuevo y convincente rostro, que ya ha aparecido en otras piezas de la televisión.

Esa intención es útil, pero ¡cuidado! Creo que Cuando el amor no alcanza tiene, en primer término, un grave problema de casting. Si Orelvis Díaz (Daniel) será en el futuro un Robert de Niro criollo (yo no tengo una bola de cristal), ahora, en estos momentos, en los que se transmite, su primer protagónico no convence a nadie.

Yura López (Yaneisi), la tercera pata del triángulo amoroso central, es un rostro poco visto, y los jovencitos Augusto César Valdés (Carlitos) y Mónica Digal (Mariposa) se estrenan, en sus casos no se trata de personajes centrales. Ninguno de los tres sienta al televidente en su silla.

Hasta ahora, Alicia Bustamante y Alberto Joel García (Víctor) son los que resultan más convincentes en sus roles. El resto del elenco está… Y entonces caemos en otro serio problema: la dirección de actores, y me extraña que tenga tantas costuras, cuando Padilla en otras oportunidades ha sabido exprimir a actores y actrices para sacar un buen personaje.

¿Acaso el mal peor radica en el guion? Pienso que una primera propuesta de Maité, con Consuelo y el propio Padilla armando cuartillas, ha traído como resultado personajes inconsistentes, parlamentos poco creíbles y situaciones que no encajan en un desarrollo lógico de la telenovela.

Si desmontamos las historias, hay infidelidad, machismo, hembrismo, y no sé cuántos ismos más, que no alcanzan para dar solidez a una propuesta de 65 capítulos con cerca de cincuenta minutos de duración cada uno.

No es una historia de puro melodrama, de esas que sacan una lágrima a cierta parte del público, ni es realista como la propia Bajo el mismo sol, dirigida por Padilla. En esta la pacataría del lenguaje la ejemplificó un forista de Juventud Rebelde. «Ayer la vi por primera vez, se podría llamar El rato de las mulatas, no sé si el casting fue casual o adrede, para mí, eso también es racismo, recostar la aguja en el otro sentido. El diálogo entre la muchacha que le explicaba a su madre su anorgasmia está diseñado en los mejores patrones de la censura de los años 50: "¿entonces tú no...?", "¿así que tú nunca...?" Así, sin completar la frase, para no herir los oídos señoritos de mucha gente. ¡Caballeros, una madre y una hija no hablan así! Está bien que no pongan la expresión vulgar, que es lo que mucha gente haría, no todos, pero podría decir "entonces, ¿tú no has tenido orgasmos?"».

Pienso que, sin ser un desastre, es de nuevo un intento fallido en las propuestas del plato fuerte televisivo. Quienes deciden que se realicen estas piezas, debían pasar sus ojos por las opiniones de las web. No son pocas en las que se habla de La cara oculta de la luna, Aquí estamos, Bajo el mismo sol, y otras vuelan a Doble juego. ¿Es que en los dramatizados se camina como el cangrejo en nuestra televisión?

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