Alicia Hechavarría: Siento que nací en un teatro

Alicia Hechavarría: Siento que nací en un teatro
Fecha de publicación: 
3 Julio 2015
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Recorrer el camino que anteriormente transitaron tus padres siempre tiene sus inconvenientes. Justo en ese instante, el talento se impone, a la hora en punto de demostrar que aunque, en efecto, corre por tus venas la misma pasión, eres un ente independiente, capaz de atesorar con independencia tus méritos profesionales.

 

Reconocida por los espectadores, sobre todo por su protagónico en “Fábula”, de Lester Hamlet, a sus 25 años se confiesa una enamorada de la transfiguración constante que resulta de encarnar disímiles personajes.

 
Aunque hace poco pudimos verla en la gustada teleserie policiaca U.N.O, Alicia no descansa. Próximamente la disfrutaremos nuevamente en la pequeña pantalla en “De amores y esperanzas”, un proyecto de la realizadora Raquel González.

 

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Háblame de tus inicios en la actuación

 

Recuerdo que a los 13 años fui con mi hermana y mi madre a ver el estreno de “El Rey Lear” por Grupo de Teatro “El Público”, que dirigía Carlos Diaz, y me enamoró. Recuerdo la sensación de estar en el intermedio de la obra, viendo a los actores entrando y saliendo de escena, cambiando la escenografía, mi papá concentrándose en el camerino, otros actores calentando la voz, fue mágico. En ese momento decidí que eso era lo que quería hacer, yo quería ser parte de ese mundo.

 

¿Cómo llegas a la Escuela Nacional de Arte?

 

A los 15 años, terminando la secundaria, unos amigos que pertenecían al grupo de teatro, “La Colmenita”, y que también estaban interesados en la Escuela Nacional de Arte (ENA), me convencieron y me enseñaron lo que tenía que hacer para inscribirme en los exámenes de captación. Por supuesto sonaba más sencillo de lo que fue, ese día creo que no lo voy a olvidar nunca. Nos reunieron a todos, 700 muchachos en un teatro, para informarnos que solo había siete plazas para Ciudad de La Habana. Los nervios, la presión, la adrenalina que eso le hace sentir a cualquier persona, más a un adolescente, no puedo describirlo. Fueron seis días bien intensos, pero pasé las pruebas, y así empezó todo.

 

Y al cine

 

El Cine me llegó de la mano de Rebeca Chávez, que confió en mí para un personaje en su primer largometraje, “Ciudad en Rojo”.  Gracias a ella descubrí la magia del cine, y fue amor a primera vista. Después colaboré con Ian Padrón en su largometraje “Habanastation”, con Edurado Moya en “Sumbe”, con Alina Rodríguez en el cortometraje “El color de Elisa”, con Laura Hunter en el cortometraje “Lucía 21”, y por supuesto llegó Lester Hamlet a darle un punto de giro a mi carrera con “Fábula”. Desde el principio conecté con ese medio como ningún otro, y ya no quiero parar.

 

En cuanto al teatro ¿qué pudieras decirme?

    
A veces siento que nací en un teatro. Desde que tengo uso de razón he estado en la luneta viendo a mi padre cambiar de piel como un camaleón, así que en el teatro me siento en casa. El Grupo de Teatro “El Público” es sin dudas mi segundo hogar, mi otra familia, y por eso para mí tenía todo el sentido del mundo terminar la escuela y sentarme frente a Carlos Díaz, en su oficina en el Trianón, y decirle: ¿cuándo me gradúas? Y él, como siempre, ni corto ni perezoso, a los dos meses estaba montando Fedra, con la que tuve el honor de terminar la ENA. Compartir escena con mi padre es sin dudas uno de los momentos más emocionantes de mi vida y de mi carrera. Después le siguió “Las amargas lágrimas de Petra Von Kant”, “Sueño de una noche de verano”, en fin, toda una lista que repite el mismo nombre, Carlos Díaz.
De todos los personajes que has interpretado…

 

 Es complicado elegir, es como elegir entre tus hijos, no se puede, pero hasta el momento, creo que por la complejidad, el corto tiempo que tuve para prepararme, por el infinito agradecimiento, apoyo y aprecio que tengo para mi contrapartida, y por el enorme privilegio de estar en las manos de un director como Lester Hamlet, Cecilia, de “Fábula”, es uno de los personajes que más cerca guardo.

 

Cecilia era un personaje con un alto componente sexual. A nivel personal, cuando te han tocado escenas fuertes ¿Cómo se vive eso con tu pareja?

 

Es muy importante el respeto mutuo y la comunicación, eso es vital, es la base de todo y la única manera de mantener una relación sana con tu pareja y tu trabajo.

 

¿Ha significado un reto ser la hija de Fernando Hechavarría?

 

Es, sin duda alguna, el mejor regalo que he podido recibir en la vida. La referencia viene muy de cerca, ya sé, pero es el mejor padre del mundo. Es difícil cuando padre e hija comparten la misma profesión, porque es inevitable que intenten indicarte el camino a seguir, es normal, es parte de su trabajo como padres, pero en mi caso, siempre me ha dado mucha libertad. Para mí es un ejemplo de ética, de responsabilidad ante el trabajo, de humildad y sencillez. Mi papá es mi ídolo, y eso hace mi carrera un tremendo reto, pero intento acercarme, al menos un poco, al legado que ya ha dejado en otras generaciones, no sólo como actor, sino como el extraordinario ser humano que es.

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