Obama y su nueva vieja promesa en Chicago

Obama y su nueva vieja promesa en Chicago
Fecha de publicación: 
13 Enero 2012
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Sin haber cumplido los cambios añorados por millones de personas que tres años atrás lo llevaron a la Casa Blanca, Barack Obama dijo ahora que esa promesa podría llegar a concretarse si trabajan aún más fuerte de cara a los  comicios de noviembre.

Sucedió el miércoles último en la ciudad de Chicago, donde el Presidente buscaba dinero para lograr su reelección, cruzada en la que hasta septiembre tenía ya reunidos sus primeros 150 millones de dólares.

Sin nombrar a un posible contrincante republicano, Mitt Romney, Obama se auto proclamó jefe del gobierno demócrata que “ha tratado de cumplir sus promesas.”

Guardó silencio, entre otros espinosos temas, al fracaso de su mayor compromiso: abrir el camino para garantizar a todos el cuidado de su salud, en especial a unos 50 millones de ciudadanos que carecen de seguro médico.

En medio de esa campaña Obama afirmó que, tan pronto asumiera la presidencia en enero de 2009, cerraría la cárcel instalada en la base naval impuesta a Cuba en Guantánamo.

Lo hizo cuando, al ser revelados los bestiales maltratos ejecutados allí, una fuerte oleada de protestas recorrió diversos lugares sectores del mundo, incluso en boca de importantes portavoces de gobiernos aliados a Washington.

Se les unieron un número creciente de ciudadanos e instituciones de Estados Unidos, algo que explica la supuesta disposición del entonces candidato Obama a clausurar esa prisión.

Cuando el pasado 12 de enero se cumplieron 10 años de su implantación, una serie de pronunciamientos condenatorios recorrió el escenario internacional, algunos muy incómodos para las máximas autoridades norteamericanas.

En Washington centenares de manifestantes formaron una cadena humana que vistiendo el uniforme naranja de los prisioneros se extendió desde la Casa Blanca hasta la Corte Suprema de Justicia en rechazo a ese campo de concentración.

La comisaria para Asuntos Interiores de la Unión Europea, Cecilia Malmstrom, instó a Obama a cerrar ese enclave represivo. “Es una vergüenza que los presos sigan en Guantánamo sin comparecer ante el tribunal. Presidente Obama ya es hora de cumplir lo prometido”, escribió Malmstrom en su página de Twitter.

Hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, vinculada a la OEA, pidió “sin más demora”, poner un punto final a tal centro de reclusión –según Washington- destinado para sospechosos de terrorismo.

El Presidente de Estados Unidos tiene ahora una oportunidad de oro para resucitar en algo la credibilidad del slogan electoral que repitió el miércoles en Chicago sobre el cambio: acceda al reclamo universal y cierre la cárcel feudal montada en su ilegal base naval de Guantánamo. 

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