Mini-respuesta a Diario de las Américas

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Mini-respuesta a Diario de las Américas
Fecha de publicación: 
29 Junio 2014
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Imagen principal: 

Su excusa fue la presentación en Nueva York del libro “CubaThen”   (Cuba entonces), del fotógrafo Ramiro A. Fernández, y bajo el sello de la editorial The Monacelli Press.

¿Intención? Continuar tratando de endulzar la imagen de aquellos años 50 del siglo pasado, directiva enfilada a de identificarlos con “la época dorada de la isla, hoy bajo el régimen de los hermanos Castro”.

Diario Las Américas agrega que sus imágenes pasean sobre eventos culturales, jóvenes celebrando justas deportivas y “hasta” en lo relativo a gente  desposeída que hoy ven cómo eran sus vidas.

Y finaliza con otro significativo reconocimiento: junto a las coristas, los boxeadores y los acróbatas de circo, he buscado recopilar fragmentos de la vida cotidiana, dijo su autor Ramiro Fernández.

A los insignes organizadores y publicistas de la exposición fotográfica sobre Cuba en Nueva York les propongo añadirle los siguientes detalles:

Terminaba 1958 cuando la Agrupación Católica Universitaria de la isla finalizó una encuesta sobre “el nivel de vida del trabajador agrícola cubano”.

La pesquisa dio continuidad a la famosa investigación del año 1953 que auspició esa misma institución religiosa, y entre sus resultados, por ejemplo, anotó los siguientes:

“El obrero agrícola no dispone como promedio de más de 25 centavos diarios para comer, vestir y calzar.

“El 60 por ciento de ellos vive en bohíos de techo de guano y piso de tierra, sin servicios ni letrina sanitaria, sin agua corriente y sin electricidad.

“El 85 por ciento de esas covachas, rezagos inconcebibles de la vivienda aborigen precolombiana, tiene solo una o dos piezas en las que debe hacinarse la familia rural –hombres, mujeres y niños- para dormir.

“El 90 por ciento de ellos se alumbra con quinqués de luz brillante.

“El tres por ciento de su población no tiene luz de ninguna clase.

“”El 44 por ciento de los obreros agrícolas no asistió, ni pudo asistir jamás, a una escuela. El 43 por ciento son analfabetos.

“Ellos y sus familias se alimentan fundamentalmente de arroz y frijoles. Solo el 11 por ciento toma leche y el cuatro por ciento carne.

“Su alimentación tiene un déficit promedio de más de mil calorías diarias.

“Así, a la insalubridad y la ignorancia, se une la desnutrición como factor descriptivo esencial de las condiciones vitales de este sector del pueblo cubano”.

Su esperanza de vida promedio entonces: 55 años, muy lejos de la actual, cercana a los 80. ¿Será conocido esto en la exposición de Nueva York sobre cómo era la vida en Cuba antes de la Revolución?   
 
Y esto es solo una pequeña muestra de lo que podría darse a conocer… sin el más mínimo afán de lucro.

Comentarios

No confundir el glamur de aquellos años de una reducida élite de nuestro país circunscrita sobre todo a la Capital, a los cientos de miles de cubanos que malvivían en nuestros campos y en muchas de nuestras ciudades. Si quieren conocer un poquito de aquella realidad, por favor consulte los archivos históricos de la Revista Bohemia, o la propia revista
NUNCA APARECERÁ LA IMAGEN DE MI MADRE TENIENDO QUE USAR EL PAPEL DE LAS CAJETILLAS DE CIGARROS PARA PODER ESTUDIAR, NI LA DE MI ABUELO TENIENDO QUE CONVERTIR PELOS DE SEGUETA PARTIDOS EN CHAVETAS PARA PODER TRABAJAR COMO ZAPATERO. CUBA THEN ERA ASÍ TAMBIÉN
Bueno yo tengo 57 años de edad y mi padre fue pediatra en aquella época tan hermosa como escriben estos señores que radican en los Estados Unidos, era muy triste la realidad para la mayoría de los cubanos donde morían a pasto los niños del campo y los que no tenían derecho a la educación y a la salud, mi padre no renunció a ser cubano y fue de la mitad de los médicos que no emigraron y se quedaron junto a su pueblo bajo la dirección de la naciente verdadera revolución cubana que logró erradicar esta miseria de nuestra Patria que no se equivoquen y traten de confundir a las nuevas generaciones, no se puede regresar a ese pasado llena de miseria, donde solo la clase rica tenía ese derecho.
Se agarran de la farándula para generalizar sobre una sociedad podrida que se caia a pedazos antes de 1959.
Yo soy un especimen raro y típico de aquella época. Nací en el 59.Mi madre superpobre de raices canarias era criada de la casa de mi padre.Se enamoraron y nos hicieron a los tres. La familia paterna nunca nos concideró uno de ellos.Nací en un pueblo de campo donde los niños luchabamos por la vida. No se me aocurre otra forma de decirlo. Mi hermano mayor y yo padecimos de hasta el raro necátor américano. Por eso nos trajeron y nos trataron en el ya del Pueblo Hospital William Soler.En mi barrio el más pobre dentro de un pueblo pobre habia una imagen de las más terribles.En la primera casita vivia Justa con su querido Benigno (bonachón como su nombre). Benigno algo más mayor que yo habia sufrido la poliomelitis dejando terribles estragos en su cuerpo. Con los años cuando estaba al final de su vida conversé sobre el tema de la Revolución con el hermano mayor de mi padre.Este habia perdido propiedades con las intervenciones. Era un negociante creativo. Él me dijo que a la altura de los acontecimientos ya la Revolución era necesaria en 1959. El entorno gansteril, politiquero,la represión, la extorción, era agobiante y no era saludable el ambiente para los negocios.El se cansó de tratar con sargentos políticos,policias, senadores corruptos y demas.Los negocios primarios de su familia en el campo marchaban mal pues era tanto la miseria (según él)que era difícil poder vender algo y luego cobrarlo. Muchos de los acomodados en CUBA no seguian a Batista.Ser señalado como batistiano era una ofensa para muchos aunque no fuerean revolucionarios.Era una calaña en el gobierno que era realmente detestada por la mayoria del Pueblo.Si no no hubiera triunfado la Revolución, sin el apoyo mayoritario nunca hubiera llegado hasta aquí. Se han renovado las generaciones de cubanos. Muchos de los que lloraron de rodillas ante el lecho donde sus hijos dormian con hambre no están.Nuestra mente y condición humana que tiende a olvidar lo malo en su deseo de superación no nos puede engañar. Olvidar el pasado es un crimen contra los millones de nuestras gentes que sufrieron sobre todo en los campos de aquella Cuba.

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