España dice adiós al mundial demostrando que todavía puede ser campeón
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España recuperó la memoria del fútbol ágil y profundo en su último partido del Mundial. La goleada a Australia tiene que servir para tranquilizar a los más pesimistas de que esta casa no es una ruina. Es cierto que el palo de caer en la fase de grupos es doloroso, pero este último partido sirve para confirmar que no hace falta una revolución radical ni olvidarse de todo lo que ha significado esta selección y lo que ha ganado. Hay que aprender la lección, ser autocriticos y volver a ilusionarse con gran parte de estos futbolistas y los que vendrán que nos harán soñar pronto.
El partido no fue sencillo. La selección española tardó en encontrar su identidad según fue avanzando la primera parte y, en el minuto 35, tradujo su superioridad con la eficacia que se le exige a unos jugadores que tienen talento, velocidad mental y física y precisión. Iniesta vio por el rabillo del ojo como Juanfran exprimía su velocidad por la banda derecha y su toque de billar ayudó a eliminar al marcador del lateral. Juanfran fue con decisión y puso el centro a la zona de peligro, donde tienen que llegar los goleadores. Apareció el insaciable David Villa, anticipándose y sorprendiendo a los centrales, para rematar de tacón y adelantar a la selección. La jugada fue una bendición que ayuda a quitarse algunas penas y lamentos.
Del Bosque venía avisando que España jugó con timidez ante Holanda y Chile. Contra Australia no había más que en juego el orgullo y la dignidad de acabar el Mundial con una victoria, pero tenía que llegar acompañada con un juego más convincente. Y se logró en un partido que fue de menos a más. Australia, una selección vertical y con futbolistas físicamente fuertes, empezó yéndose arriba e interrumpiendo el juego de los campeones del mundo. En esa fase de dudas se fue recuperando el terreno cuando Juanfran y Jordi Alba se decidieron a correr por sus bandas y asociarse con Villa, muy dinámico, e Iniesta, que dio una lección de cómo se reparte el juego. Alba tuvo, antes del gol, la mejor ocasión de gol en un disparo desde dentro del área.
Del Bosque alineó un equipo diferente. Reina debutó en un Mundial en su tercera participación en una cita de selecciones. Juanfran y Albiol fueron los otros debutantes. Koke le dio consistencia y su juego fácil y al primer toque ayudó a ser un conjunto equilibrado. Xabi Alonso se esmeró en hacer más sólido el centro del campo. Iniesta, protegido por ellos, fue el ‘Xavi’. Desde atrás y en la mediapunta se puso a repartir el juego para Cazorla, Villa y Torres. Villa se va a retirar de la selección y en su último partido deja el debate de si no hubiera sido conveniente utilizarle más ante Holanda y Chile. Se las sabe todas, interpreta mejor que nadie el juego de este equipo y tiene gol.
La imagen del partido se produjo en el minuto 56 cuando Del Bosque quitó a Villa para dar entrada a Mata. Un momento para la historia. Era el punto y final para el máximo goleador de la selección española, que debutó en 2005 y se marcha con 97 partidos y 59 goles. Uno de los héroes de un equipo que ha marcado una época. Le quitó para mantener a Fernando Torres y que éste también tuviera sus opciones de no marcharse del Mundial con el casillero a cero. Le salió bien. En el minuto 68, otra vez Iniesta filtró un pase entre la defensa, y Torres lo transformó en el segundo tanto. El tercero lo hizo Mata, tras un pase de Cesc, que salió Cazorla, en el minuto 80 con una España recuperada y desatada. Silva saldría después por Xabi Alonso. La goleada pudo ser mayor. El adiós es amargo pero no ruinoso.
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