Recursos renovables e infinitos

Recursos renovables e infinitos
Fecha de publicación: 
12 Febrero 2014
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Para Estados Unidos, Europa Occidental y Japón cuyos modelos y   desempeños políticos y económicos favorecieron la acumulación de recursos y saberes para un desarrollo temprano de las fuerzas productivas, no fue difícil seguir las tendencias conducentes a la sociedad del conocimiento, cosa que en el Tercer Mundo sólo China e India pudieron asimilar, entre otras cosas gracias a la estabilidad política alcanzada.

Lo que en occidente logró la democracia y el liberalísimo económico, en esos gigantescos países se alcanzó mediante un autoritarismo blando. En ambos casos el protagonismo del Estado y las políticas públicas fueron decisivos. Rusia no avanzó al mismo ritmo debido a compromisos geopolíticos que la llevaron a arrastrar inmensos espacios euroasiáticos, a la hostilidad de occidente que le impuso una ruinosa carrera armamentista y porque su modelo económico y sistema político resultaron fallidos, mientras Europa Oriental se estancó.

Algunos países asiáticos como Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong, Singapur y otros, aprovecharon la expansión del sistema, aplicaron políticas de industrialización basadas en la manufactura de artículos con alto valor agregado y formas de gerencia avanzadas para integrarse a la economía global. Entretanto, Iberoamerica, incluyendo las grandes economías de México, Argentina y Brasil, en virtud de políticas erróneas se marginaron y dejaron pasar magnificas oportunidades.

La excepción de la regla pudo ser Cuba que aun tiene oportunidades de integrarse a la avanzada. Ignoro si fue por su humanismo y por el compromiso que asumió con el país, especialmente con los más pobres, porque se percató de aquellas tendencias (o por ambas cosas) que Fidel Castro apostó todas las perspectivas económicas y sociales de Cuba al fomento de los conocimientos.

En condiciones excepcionalmente difíciles, bajo el bloqueo de Estados Unidos y sus aliados occidentales, cerrados los accesos a las fuentes de conocimiento y las tecnologías occidentales, contando solamente con la ayuda soviética, que aunque generosamente, aportó maquinarias y equipos con generaciones de atraso; Fidel Castro encabezó una extraordinaria batalla por el desarrollo de los conocimientos que constituye una trascendental revolución  cultural y técnica.

Frente a las consecuencias del bloqueo norteamericano y occidental, las pérdidas ocasionadas por la desaparición de la Unión Soviética, la obsolescencia del modelo económico y la crisis global, Cuba cuenta con sus activos de capital humano acumulado en la batalla librada por el conocimiento, que le ha permitido en 50 años graduar un millón de profesionales universitarios: ¡Uno de cada 10 habitantes!  

La Isla está en condiciones de obtener recursos mediante la oferta de médicos de todas las especialidades, ingenieros, biólogos, arquitectos, agrónomos, profesores, informáticos, músicos, entrenadores deportivos e instructores de arte a toda América Latina; además de tratar en sus hospitales y entrenar en sus universidades a miles de pacientes y estudiantes.

Lamentablemente al sistema le falta flexibilidad y muchos de sus operadores parecen padecer de déficits de imaginación para explotar las inmensas posibilidades que se derivarían de un clima de mayor apertura a la iniciativa individual.

La sociedad del conocimiento no se realiza solo con poseer capital humano. Lo mismo que para reproducir el dinero, para gestionar el conocimiento y maximizar sus beneficios se necesitan métodos de gestión y pensamientos avanzados. También los hay en la Isla, solo falta crear condiciones para su despliegue. Luego les cuento más. Allá nos vemos.

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