Estrellas en el horizonte

Esta es una característica de todo espectáculo de ese tipo, sea en el país que sea, y en el deporte que sea.

Por eso no deben espantarse los aficionados cuando en la lista definitiva aparezca algún jugador que no ha sido el mejor en su posición, pero sí en la preferencia de los votantes.

Eso es lo que no debe perderse nunca, la esencia de cómo seleccionar a los elegidos, pues es la única vía para “democráticamente” saber cuál es el equipo Cuba de los aficionados.

Las comillas no están por gusto, y responden al hecho de que la tecnología juega su papel. Las brechas entre países, y en nuestro contexto entre la capital y el resto del país, influyen de manera notable en los resultados. Así ha sido siempre, y así será hasta tanto no se equipare el desarrollo tanto a nivel nacional como internacional, algo prácticamente imposible.

Peor sería aplicar otras fórmulas que desconozcan el voto directo de cada persona, porque difícilmente se sea justo.

Aquí existe también la vía de ejercer el voto mediante la boleta impresa en los periódicos, un método quizás obsoleto en el mundo, pero necesario en Cuba para al menos en teoría poner en igualdad de condiciones al campo y la ciudad, a la PC y el correo tradicional.

No es lo ideal, pero es una fórmula que a mi entender se ajusta a la realidad cubana. Claro, es más fácil dar un clic que rellenar a mano una boleta y luego ir a la dirección municipal del Inder o al estadio provincial a llevarla, pero quien tiene verdadero interés en que sea elegido el pelotero de su preferencia hace eso y mucho más.

Para este año la elección de la Isla de la Juventud es más que justa, pues aunque no lidera el campeonato sí le ha dado gran colorido y puede ser protagonista en la segunda ronda, cuando refuerce sus puntos más flacos. A brillar entonces, veteranos y activos.