Como se ha dicho anteriormente, antes de la inauguración de la cita ya Cuba parte en desventaja, porque dejará de disputar más de 100 juegos de medallas, por eso aumenta la relevancia de aquellos deportes en los cuales llevaremos representación, incluyendo los colectivos, que cada uno aporta un solo título, o dos si se compite en ambos sexos, pero de conjunto son alrededor de 20 preseas, y eso puede hacer la diferencia en el medallero general.

El nivel centroamericano no es muy alto, pero tampoco lo es el presente en la mayoría de estas disciplinas en la mayor de las Antillas.

Hoy por hoy, me atrevería a dar por seguros solamente los cetros en ambos sexos de polo acuático, béisbol, baloncesto femenino y voleibol masculino. En el caso de la pelota, el favoritismo aumenta porque los conjuntos del área no deben depender de grandes figuras para esta cita, quizás con la única excepción de los anfitriones, probablemente con varios buenos peloteros que se desempeñan en la Liga local.

Otras dos modalidades tienen muy poco roce internacional, pero pudieran llevarse el cetro por la poca calidad de la región: balonmano y hockey sobre césped, aunque dudo que podamos triunfar en ambas en los dos sexos.

Más difícil se ve el reinado en baloncesto varonil y voleibol para damas, y ni hablar del fútbol. México, Venezuela, Panamá, Puerto Rico y República Dominicana conforman planteles que indistintamente nos han superado en distintas competiciones en los últimos años en estos deportes, y Veracruz-2014 no debe ser la excepción.

La tarea por delante es recuperar terreno y volver a un nivel relevante, primero en América y luego en el mundo. Para eso se impone modificar conceptos y estructuras y buscar todas las soluciones posibles para aliviar la falta de fogueo, que es real. Si muchos de esos conjuntos vecinos tienen a la cabeza a entrenadores cubanos, entonces queda claro que no se trata de falta de potencial técnico, debe haber también un mejor trabajo en la selección y el cuidado de los talentos, y un mayor apoyo en sentido general para mantener concentrados y motivados a estos deportistas.

Ya no estamos en los tiempos del Campo Socialista, cuando la URSS, Hungría, Checoslovaquia o Bulgaria aportaban bases de entrenamiento y fogueo de alcurnia, ahora lo poco que hay se debe aprovechar al máximo, para seguir siendo la principal potencia regional.