De París a Bangui: Ocupando Centroáfrica

De París a Bangui: Ocupando Centroáfrica
Fecha de publicación: 
5 Diciembre 2013
0
Imagen principal: 

Sigilosamente, utilizando métodos diferentes a los de Mali, más tropas francesas siguen tomando posiciones claves en la República Centroafricana, tres meses después de haber enviado a 2 000 soldados a la empobrecida nación, bajo el pretexto de proteger a sus ciudadanos de la insurrección de grupos opositores que lograron controlar dos terceras partes del país, sin haber podido llegar a Bangui, la capital.
                                                                                                      

En esta ocasión, los recién llegados tienen la misión de mantener a Francia por lo menos a la par de otros entes imperiales que se disputan las inexplotadas riquezas de la nación, y alejar la presencia competitiva de China, que no utiliza estos tipos de métodos.
                                                    

El panorama se complica a la vez por la participación de por lo menos 6 000 niños entrenados y armados en las filas de diversos grupos rebeldes, que no tienen en cuenta -y menos con la llegada de más militares de la antigua colonia- el lema independentista de Unidad, Dignidad y Trabajo.
                                                                     

                           
Es decir, un país con apenas cuatro millones de habitantes en 622 984 kilómetros cuadrados, con importantes reservas de diamantes, oro y uranio, es uno de los menos desarrollados del mundo, con un Producto Interno Bruto (PIB) inferior a los 400 dólares anuales, deficientes comunicaciones y un sistema educativo y de formación casi inexistente.
                                                                                                           

El conflicto permanente que ha asolado al país ha dificultado su desarrollo, pues este hace que se incumplan reiteradamente los proyectos, públicos o privados, de reactivación económica. A pesar de haberse independizado de Francia el 13 de agosto de 1960, la metrópoli nunca ha estado ausente del modus vivendi centroafricano, con sus golpes de Estado, puesta y derribo de mandatarios, generalmente dictadores, a pesar de presentarse nominalmente como un régimen presidencialista.
                                                   

                           
La hegemonía francesa y la vecina presencia de otros entes coloniales delimitaron las fronteras de la nación: al norte con Chad, al oeste con Camerún, al sur con la República del Congo y la República Democrática del Congo, y al este con Sudán y Sudán del Sur.
                           

La penetración europea en el territorio de la actual República Centroafricana comenzó a finales del siglo XIX (entre 1875 y 1900). Pierre Savorgnan de Brazza tomó el liderazgo y se estableció en el Congo francés con cuarteles centrales en la ciudad que luego llevaría su nombre (Brazzaville), y envió expediciones a remontar el río Ubangui, con el fin de expandir las propiedades francesas en el territorio central de África. Bélgica, Alemania y el Reino Unido también competían por (extender) sus posesiones en el actual territorio de Centroáfrica.
                                                                                                        

En 1889 los franceses crearon un enclave en las orillas del río Ubangui en Bangui, que más tarde sería la capital de Ubangui-Chari y de la República Centroafricana. De Brazza envió expediciones en 1890-91 al Río Shanga, en la región que en la actualidad corresponde al sudoeste de la RCA. De Brazza y los colonialistas franceses deseaban expandir los límites del Congo francés con el fin de conectarlos con los territorios franceses en el oeste, norte y este de África.
                                                            

                                                           
Las noticias del éxito económico alcanzado por las concesiones a compañías privadas por el rey Leopoldo II de Bélgica en el Estado Libre del Congo convencieron al gobierno francés en 1889 de otorgar a 17 compañías privadas grandes concesiones dentro de la región Ubangui-Chari.
                                                                         

                                      
A cambio de los derechos de explotación de esas tierras, las compañías se comprometieron a pagar impuestos al Estado colonial francés, y utilizaron agentes europeos y africanos, quienes emplearon métodos brutales y atroces para explotar a los trabajadores centroafricanos.
                                                                                    

                
El 1 de diciembre de 1958, la colonia Ubangui-Chari se convirtió en un territorio autónomo dentro de la Comunidad Francesa, tomando el nombre de República Centroafricana. El padre fundador y presidente del Consejo de Gobierno fue Barthelemy Boganda, muerto en un misterioso accidente aéreo en 1959, tan solo ocho días antes de las últimas elecciones en la era colonial centroafricana.
                                 

El 13 de agosto de 1960, la República Centroafricana se independizó y dos de los mayores colaboradores de Boganda, Abel Goumba y David Dacko, se vieron involucrados en una lucha interna por el poder. Con el apoyo de los franceses, Dacko tomó el poder y arrestó a Goumba, estableciendo hacia 1962 un Estado de partido único.
                              

El 31 de diciembre de 1965 Dacko fue derrocado por su primo, el general Jean-Bédel Bokassa, quien suspendió la constitución y disolvió la Asamblea Nacional, se llamó a sí mismo Emperador Bokassa I y estableció una excéntrica dictadura militar.
                                      

En 1976 Bokassa cambió el nombre del país por Imperio Centroafricano y se autoproclamó emperador con el nombre de Bokassa I en una fastuosa ceremonia inspirada en la coronación de Napoleón. Su ansia de ponerse por encima de los designios de París, y no sus constantes violaciones a los derechos humanos, llevaron a Francia a apoyar un golpe de Estado en su contra, el cual llevó nuevamente al poder a David Dacko, quien a su vez fue derrocado el 1 de septiembre de 1981 por el general André Kolingba mediante otro golpe de Estado.
 

                                                                                              
El resto de la historia hasta nuestros días confirma la falta de coherencia gobernante, la abierta y a veces sigilosa, como la de estos días, de las fuerzas militares francesas, con el fin de proteger sus intereses de grupos nacionalistas y de sus propios aliados imperiales. En sí, una historia común a la mayoría del continente africano, con el triste aderezo de la presencia infantil en las huestes guerreras, que me hacen recordar a aquellos niños cambodianos utilizados para diezmar la población del país indochino, y a aquel de solo 14 años que asesinó a tiros a un candidato presidencial de la izquierda colombiano, a su llegada por vía aérea procedente de La Habana.

alt

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.