Huelga de barrenderos en Madrid cumplió su primera semana

La huelga por tiempo indefinido convocada por los trabajadores de limpieza de Madrid contra un plan de despidos y rebajas salariales alcanzó hoy su primera semana, sin que se vislumbre una solución inminente.

Los desperdicios seguían acumulándose este lunes en numerosas arterias de la capital española, en particular en zonas emblemáticas y muy concurridas por los turistas como la Puerta del Sol y otras céntricas plazas y sitios históricos.

Desde el pasado martes, los más de seis mil empleados de jardinería y limpieza viaria de esta urbe protestan por la supresión de unos mil 135 puestos de trabajo, además de los 350 ya eliminados en agosto, planteados por las empresas adjudicatarias de estos servicios.

El plan de ajuste, consecuencia de los duros recortes puestos en marcha por el gobierno conservador de Mariano Rajoy, incluye también una reducción de sueldos de hasta el 40 por ciento, según denunciaron las organizaciones sindicales.

Hasta el momento no se vislumbra una salida del conflicto, agravado luego de que los sindicatos rechazaron una propuesta de los consorcios de reducir a 945 los despidos a cambio de cargar la diferencia en las remuneraciones a los empleados.

La huelga no afecta al servicio de recogida de residuos domésticos, por lo que la suciedad en la principal urbe de este país europeo no alcanza todavía el nivel espectacular acumulado a principios de año en los paros de limpieza de ciudades como Granada o Sevilla.

Para la Unión General de Trabajadores (UGT), una de las dos centrales obreras mayoritarias de España, la medida de fuerza es una consecuencia de las políticas de austeridad de unos responsables a los que no les preocupa para nada el ciudadano.

El paro seguirá el tiempo necesario para que paren con esta locura, afirmó Juan Carlos del Río, portavoz de la UGT.

Un vocero de Comisiones Obreras, el otro gran sindicato, recordó la huelga realizada por el sector en 1993, que entonces se prolongó durante 32 días.

Aseveró que los trabajadores se sienten apoyados por la sociedad que, aunque sufre las molestias por la acumulación de desechos de todo tipo sobre las aceras, entiende la situación de los operarios.

Las empresas implicadas sostienen que los nuevos recortes son inevitables debido a que el ayuntamiento madrileño, administrado por el derechista Partido Popular (al frente también del gobierno central) redujo de manera drástica su presupuesto de limpieza.

Empleados del sector de higienización de hospitales y escuelas de otras autonomías españolas se declararon también en paro en los últimos meses, en rechazo a las impopulares medidas de austeridad emprendidas por Rajoy para rebajar el gasto público.