Aunque bien sé que me esperas, ata una cinta amarilla
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Quince años en prisión se dicen fácil, pero no puedo ni imaginarme 5 475 días encerrada, lejos de mi tierra, sin contacto físico con la familia, sin disfrutar del amanecer desde mi balcón o sin acudir al mar, a sentir su olor.
Bajo esa nostalgia y bajo las difíciles condiciones de cualquier preso en Estados Unidos viven Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González desde el 12 de septiembre de 1998.
Fueron condenados a riesgo de sus propias vidas por descubrir planes terroristas que contra Cuba se llevan a cabo impunemente desde territorio norteamericano (en Miami, Florida) con la anuencia y la complicidad de las autoridades de ese país.
Los cuatro antiterroristas que aún permanecen en prisión y el propio René (el único que ha cumplido su injusta sanción) perdieron momentos memorables en la vida de sus hijos y familiares. Mientras nosotros, el resto de los cubanos, estudiábamos, trabajábamos y dormíamos tranquilos.
Es desgarrador cuando pienso, por ejemplo, en el dolor de Gerardo al recibir entre rejas la noticia de la muerte de su madre sin tener la mínima posibilidad de verla por última vez.
Adriana Pérez, conyugue de Gerardo, expresó recientemente en un acto de solidaridad efectuado en la UNEAC, que “muchos cubanos nacieron, crecieron y son hoy jóvenes estando ya presos Los Cinco, lo cual hace salir lágrimas a nuestros ojos cuando lo pensamos”.
Por ello, la deuda de cada cubano con Los Cinco. René, desde su llegada a la Isla- después de cumplir 13 años de condena- la siente en cada acción, gesto, mirada, abrazo. Ahora, desde su libertad, no piensa en otra cosa que en sus cuatro hermanos de lucha.
"El crimen principal es que estén presos por haber defendido la vida humana, por haber luchado contra el terrorismo, por haber protegido al pueblo cubano, y es un crimen que tras 15 años todavía continúen tras las rejas", denunció René en entrevista con Rusia Today.
De ahí su ingeniosa idea que atemos una cinta amarilla en los árboles o que portemos alguna prenda de vestir u accesorio de color amarillo este jueves 12, cuando se cumplen 15 años del injusto encierro, evocando la famosa canción "Tie a Yellow Ribbon Round the Old Oak Tree" (Ata un lazo amarillo al viejo roble), arraigada en la cultura norteamericana.
René está seguro que será una jornada distinta y quizás también la última por el regreso a Cuba de Gerardo, Fernando, Antonio y Ramón.
“Quiero que esta jornada se produzca en las calles, porque la lucha por los Cinco pertenece a las calles de Cuba, quiero que salgamos de los lugares reducidos. Es la única manera de romper esa prisión en el que están mis cuatro hermanos”, expresó González en el programa televisivo de la mesa redonda.
Nuestras cintas, aspira René, serán un mensaje directo al corazón del pueblo norteamericano, que conocerá -quizás por primera vez, debido al silencio que mantiene el gobierno norteamericano y la gran prensa-, que desde finales del siglo pasado, Cuba entera espera a cuatro de sus hijos.
Este jueves la Isla es sacudida por un fuerte terremoto. Un terremoto de amor y de solidaridad que ha hecho temblar la tierra desde el amanecer. Con suerte, puede que sus efectos lleguen a sentirse en la Casa Blanca, si la prensa “libre e imparcial”, acreditada en Cuba, reporta al pie de la letra el evento sísmico.
A lo mejor, el Premio Nobel de la Paz, dedique algunos minutos - a pesar de su apretada agenda bélica-, a reevaluar el caso de Los Cinco y recurra hoy, a la potestad absoluta e ilimitada que como presidente le permite liberarlos.
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