FMC: amor con amor se paga

FMC: amor con amor se paga
Fecha de publicación: 
23 Agosto 2013
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No se trata de una historia solo de mujeres y para mujeres. En su devenir está la trayectoria viva y cotidiana de un país entero y es heredera de las heroicas tradiciones de las madres y padres fundadores.
   
La Federación de Mujeres Cubanas llega hoy a un nuevo aniversario y es impensable pasarlo por alto.
   
Son sus afiliadas las cubanas de hoy, quienes nunca abandonan la batalla, por férrea que parezca. Se diría que están desde que Cuba es: en las buenas y malas. Sienten, aman, construyen, fundan, edifican, viven sus alegrías y padecen, también, los avatares de la existencia diaria, pero siempre sin detenerse y ofreciéndote ese hálito imprescindible para seguir.
   
Andan por todos los lugares de la Isla: en el surco repleto de fango, en la aséptica sala de cualquier laboratorio o en un aula universitaria o técnica. Escriben cotidianamente páginas de la vida, las más de las veces no contadas; como clandestinas, ocultas en los espacios menos imaginados. Pero todas son muy visibles con esa hermosura luminosa emanada de sus corazones y sus principios.
   
Cuánto trabajo, desvelo, sacrificio, amor, reconocidos merecidamente o muchas veces callado, sin ser proclamado a los cuatro vientos, porque los tiempos eran más de hacer que de ostentar. Cuánta obra en pie, erguida, real, que ha posibilitado a la mujer un papel protagónico y activo en la lucha por una vida plena y contra las discriminaciones, rezagos y prejuicios, a veces tan difíciles de vencer como la mala hierba.
   
Cuando la joven combatiente Vilma Espín fundó la organización el 23 de agosto de 1960, un mundo nuevo, tangible e intangible al mismo tiempo, nacía para todas las mujeres de la Isla y en primera instancia, para las entonces más pobres y olvidadas. Ese mundo creció y se desarrolló sin que alguien sensato pueda ponerlo en tela de juicio.
 
Hoy la Federación, en franco proceso de renovación, está en todas partes, con el don de insertarse en cualquier espacio y, desde la sonrisa de cada una de sus afiliadas, no importa ahora su nombre, envía un mensaje de confianza en el porvenir.
     
El 23 de agosto es acaso pretexto para ofrecerles flores, crónicas o poemas, y para pensar con emoción en la historia cubana. Nadie lo dude: ¡este pueblo está lleno de mujeres como Vilma, Yeyé, Celia, Melba y Mariana! Felicidades. Amor con amor se paga.

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