Jamaica: Velocidad y reggae

No es un ritmo muy movido, pero sí cadencioso, se trata del reggae, ese que corre por la sangre de los jamaicanos, al igual que un torrente en extremo potente si de velocidad se trata. Lo cierto es que luego de la era Marlene Ottey (desde 1980 hasta el 2000), la camada de Usain Bolt y compañía se las ha ingeniado para destronar a los estadounidenses de la velocidad, pruebas que regenteaban con  naturalidad.

Bolt (1.96 metros y 94 kilogramos) es un gigante de otra galaxia, imbatible desde Berlín 2009. Ni la lluvia, ni rivales de la talla del norteño Justin Gatlin (9.85 segundos), y sus coequiperos Nesta Carter (9.95), Kemar Bailey-Cole y Nickel Ashmade (9.98) pudieron con él. También parece serlo amén de sus apenas 1.52  su coequipera Shelly Ann Fraser-Pryce, dueña, al igual que bajo los cinco aros, de la corona en el hectómetro. Ahora acuñando un 10.71 que clasifica como registro líder anual, además de convincente triunfo sobre la marfileña Murielle Ahoure (10.93)  y la norteña Carmelita Jeter (10.94). Todavía restan los 200 metros y el relevo. Por ahora Jamaica hace gala de esa combinación de velocidad y reggae.

AFERRADO AL VELLOCINO…

¡Eureka! Esa y muchas otras exclamaciones se le vio proferir al vallista David Oliver, quien luego de casi dos cuatrienios asediado por el fantasma de no imponerse en una competición de nivel supremo se aferró a la corona de los 110 metros con vallas en el estadio Luzhniki con 13 segundos exactos, para patentar su excelente forma en la presente campaña. A Moscú llegó precedido de un 13.03 respetable, la primera alerta del otrora jugador de fútbol americano, quien luego de casi dos años fuera de las pistas y un escepticismo total sobre su condición, resurgió como ave Fénix para a los 31 años superar a su coequipero y también veterano Ryan Wilson (13.13) y el ruso Sergey Shubenkov (13.24). al espigado y fornido corredor de 1.88 y 93 kg de peso se le vio desandar los 110 metros y atacar los obstáculos como aquel 16 de julio del 2010 en París, cuando estampó los 12.89 que califican como la cuarta marca de todos los tiempos.

POR LA PUERTA DE ATRÁS…

Esa sensación de seguro experimentan todos aquellos atletas que descansaban con el cartel de archifavoritos y sin embargo no escalaron lo más alto del podio. Para el pertiguista francés Renaud Lavillenie (plata con 5.89), el martillista Húngaro Chrisztian Pars (plata igualmente con 80.30) y la cuatrocentista botswanesa Amantle Montsho (plata con 49.41).

Los tres salían a consolidar una trayectoria de 2013 exitosa, instalados en la cúspide de sus respectivas modalidades, pero… el alemán Raphel Holzdeppe (5.89) inmaculado en sus intentos hasta la altura clave, luego ambos fallaron tres saltos sobre 5.96; el polaco Pawel Fajdek (81.97-líder universal gracias a ese envío); y  al igual que en la ciudad del Big-Ben la británica Christine Ohuruogu (49.41) digna vencedora en un tirón final, una última exhalación, esa dosis de reserva de energías, que la vieron emerger dorada en el fotofinish.

Faltan jornadas intensas, otros fiascos y sorpresas de seguro llenarán esta sección, pero me atrevería a decir que en el plano de los récords, los 100 mil dólares que Toyota y TDK han dispuesto para los posibles agraciados, quedarán en sus arcas. No soy infalible. La realidad y el contexto, hasta ahora, están de mi lado.