Gran Teatro de La Habana: Una joya que renace
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No hubo personalidad de las artes que llegara a Cuba en los siglos XIX y XX y no debutara en su escenario. Los privilegiados habaneros de entonces -y muchos extranjeros de paso- pudieron ver en sus tablas a legendarias figuras, entre ellas las bailarinas Anna Pavlova y Alicia Alonso, las actrices Sarah Bernhardt y Eleonora Duse, las sopranos Adelina Patti y Victoria de los Ángeles, el tenor italiano Enrico Caruso y los músicos Arthur Rubinstein y Serguei Rachmaninov, por solo mencionar algunos.
Y es que el Gran Teatro de La Habana , joya de la arquitectura cubana y de América Latina, conquistó su estatus como una de las más importantes plazas culturales del continente, relevancia que mantiene hoy al ser la sede del Ballet Nacional de Cuba, prestigiosa compañía liderada por Alicia Alonso.
JOYA DEL ARTE Y LA ARQUITECTURA
Inaugurado en 1914, la edificación ha pasado por varios procesos de restauración, pero ninguno tan completo como el que recibe en la actualidad todo el interior de la instalación, Este incluye la reparación total de su principal sala de espectáculos, la Federico García Lorca; junto a la revitalización de sus restantes espacios.
Si no hubiera sido la sede en numerosas ocasiones de lo mejor del arte nacional y extranjero, el Gran Teatro seguiría siendo tema de conversación y admiración gracias a su impresionante fachada, obra del arquitecto belga Paul Belau, comisionado por la Sociedad de Beneficiencia de Naturales de Galicia.
En sus predios estuvo antes el antiguo teatro Tacón, uno de los más lujosos de América, el cual debió su nombre al capitán general Miguel Tacón, quien ordenó su construcción en 1834 y lo inauguró el 15 de julio de 1838.
Amplio y bien equipado como los mejores coliseos europeos de la época, el Tacón acogió a personalidades de la talla de Fanny Elssler en1841, y Sarah Bernhardt en1887.
En 1914 se construyó el Centro Gallego en estilo neobarroco, para el cual se utilizó como modelo las edificaciones del barroco europeo, razón por la cual abundan las tallas y esculturas en piedra, entre las que resaltan cuatro grupos de obras del italiano Giuseppe Morettim, en alegoría a la Beneficencia, la Educación, la Música y el Teatro.
El complejo nuevo comprendió no solo el teatro sino también dos salones de baile, un casino, salones de juegos, oficinas, caja de ahorros, tesorería, restaurantes y cafés.
CON VISTAS AL FUTURO
Para el Ministerio de Cultura la restauración del Gran Teatro es prioridad, aseguró Luis Doce, al frente del departamento de Inversiones en esta institución gubernamental cubana.
“Desde 2004 se comenzaron los trabajos iniciales en la cubierta y los camerinos, hasta que se decidió el cierre de la instalación y el traslado provisional de las compañías que, como el Ballet Nacional de Cuba, tenían su sede allí”, aclaró.
“Para la reparación el Ministerio destinó el presupuesto de alrededor de 30 millones de pesos (de ellos nueve en CUC), financiamiento posible gracias a los ingresos propios”, explicó Doce.
Ejecutado por Atrio (Empresa de Proyectos y Servicios de Ingeniería de la Cultura ), el proyecto implica la sustitución total de todos los elementos de la Sala García Lorca, en estos momentos demolida en casi su totalidad.
“Se han contratado los servicios de una empresa italiana para el tabloncillo del escenario, y el lunetario se negoció en China -acotó el directivo- y trabajamos de manera estable para que, sin comprometer el feliz término de la obra, podamos concluir para agosto o septiembre de 2014”.
En sus declaraciones, Doce anunció se realizarán cambios en los demás espacios que conforman el Complejo, entre ellos, el Cabaret Nacional -situado en el costado del inmueble- el cual se convertirá en tablado para honrar al bailarín español Antonio Gades y las salas del primer nivel, que albergarán una sala de proyecciones 3D y un museo.
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