FOTORREPORTAJE: En el batey del antiguo central Cunagua

El central Cunagua surgió en la danza de los millones del azúcar, en los albores del siglo pasado. Eran años de grandes centrales en la antigua provincia de Camagüey. Colosos, les decían. En la actual provincia de Ciego de Ávila había por lo menos cinco colosos: Venezuela (antes Stewart), Primero de Enero (Violeta), Ciro Redondo (Pina), Ecuador (Baraguá) y Boliva (Cunagua)... Resultó que era difícil lograr que todos fueran eficientes.

El caso es que un día Stewart y Cunagua pararon sus máquinas para siempre. Alrededor de los centrales quedaron los antiguos bateyes, poblados de pequeños chalets al estilo del sur norteamericano, con calles bien trazadas, bordeadas por árboles. Los pubelos, obviamente, crecieron... casi siempre en una profusión urbanística poco armoniosa, casi siempre chapucera. Los bateyes originarios, muchas veces, mantuvieron su dignidad estilística. Algunos más que otros.

Cunagua, por ejemplo, conservó muy bien su "centro histórico". Por eso mereció el otorgamiento de la condición de Monumento Nacional. Los años y la desidia, no obstante, han hecho lo suyo. Cuando uno visita hoy el poblado nota el deterioro de algunos de los inmuebles. Hay que hacer algo, no parece que sea extremadamente difícil. ¿O sí? Cunagua (actual Bolivia) duerme ahora una siesta que parece eterna. El pueblo está demasiado tranquilo. Hace años que no suena la sirena del central. La vida fluye sin grandes peripecias.

Encontramos a un anciano sentado en el parque principal.
—¿Trabajó en el central?
—Fui operario.
—¿Vivía en el batey?
—Nací en la casa donde vivo. Era la de mi padre, que a su vez fue empleado del central.
—¿Está bien conservada su casa?
—La mantengo bien, pero la de al lado se está cayendo.
—¿Sabía que el batey es Monumento Nacional?
—Algo supe. No sé muy bien qué significa.
—¿Extraña el central?
—¿Qué le voy a decir? Pienso en el central y me dan ganas de llorar.