Por mayor participación obrera en la lucha contra el delito

Por mayor participación obrera en la lucha contra el delito
Fecha de publicación: 
15 Marzo 2013
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 Salvador Valdés, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, y Gladys Bejerano, Contralora General de la República, reiteraron hoy, en esta capital, que la batalla contra el delito y la corrupción exige la participación de los trabajadores.

Ambos vicepresidentes del Consejo de Estado intervinieron junto a José Ramón Fernández, asesor del Presidente cubano Raúl Castro, en la reunión de balance de la Contraloría y del Sistema Nacional de Auditoría, en la que se analizaron deficiencias y retos en esta actividad.

Valdés, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, acotó que las asambleas sindicales deben ser un mecanismo para que los colectivos conozcan el destino de los recursos asignados, "cómo marcha el presupuesto", y precisó que se pretende rescatar la guardia obrera por cuanto contribuye a formar valores.

Por su parte, Bejerano reafirmó que sin orden, disciplina y respeto a la legalidad, la implementación y desarrollo de los lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución no marcharían bien, por lo cual los organismos de control y fiscalización deben perfeccionar su desempeño.

A tono con este llamado, en el 2012 la VII Comprobación Nacional al Control Interno evaluó de deficientes al 35 por ciento de las 234 entidades visitadas, muchas vinculadas a programas priorizados como la producción y comercialización de materiales de construcción, y las exportaciones.

Pero no obstante el incremento en cifras de las acciones de control, en opinión de contralores de varias provincias y de auditores de organismos, hay problemas en la calidad de la supervisión; y en la labor, atención y preparación del personal responsabilizado con la tarea en las empresas.

La ejecución del presupuesto, el control de inventarios y del efectivo monetario, el plan de prevención de riesgos, son de los asuntos que sistemáticamente deben ocupar a esos profesionales, quienes disponen de las Normas Cubanas de Auditoria y del Código de Ética, sin olvidar el apoyo que deben recibir de las administraciones.
Al respecto, Bejerano llamó a ser cada vez más previsores y preventivos, ir al fondo de los problemas en los centros cuando se detectan presuntos hechos delictivos y de corrupción, y a crear una cultura de control que involucre a los trabajadores, a quienes se les debe explicar bien el daño económico y moral que ocasionan tales fenómenos.

Por su parte, José Ramón Fernández subrayó que las transformaciones en el modelo económico cubano necesitan de un cambio de mentalidad en los cuadros, y en esta estrategia por perfeccionar el socialismo se cuenta con la contribución de los auditores, entre ellos, gente joven.

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