Cepeda y el saludo con Sadaharu Oh

Cepeda y el saludo con Sadaharu Oh
Fecha de publicación: 
4 Marzo 2013
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Fukuoka.— Frederich Cepeda llegó a la primera edición de los Clásicos Mundiales con 26 años y su temible bateo impresionó a rivales y scouts, en tanto no pocos jugadores de Grandes Ligas lo felicitaban al término de cada encuentro. Su jonrón en el octavo episodio del juego final contra Japón hizo levantar a muchos cubanos de sus asientos y él sigue pensando que podíamos haber sido campeones en esa edición.

 

Este domingo, al finalizar el partido contra Brasil, el espirituano recibió un saludo especial del otrora jugador y mentor japonés Sadaharu Oh, a quien conoció en la década del 90 del siglo pasado cuando siendo un niño estuvo en su academia como parte de un intercambio que promovía la estancia en tierra nipona de jóvenes promesas beisboleras cubanas.

 

“Es un alto honor que Sadaharu viniera a saludarme aquí al banco, porque siento una gran admiración por su figura, una de las más grandes del béisbol japonés de todos los tiempos”, comentó el jardinero, quien comenzó su tercera participación en estas lides con par de indiscutibles ante Brasil en cuatro turnos.

 

“En esa academia estuvo también, en años posteriores al mío, Vladimir García y Andy Ibañez, dos de los integrantes de este equipo”, recordó Cepeda, quien no se esperaba este detalle de un ídolo de la afición local -dirigió muchos años los Halcones de Fukuoka- y director del equipo Japón que se tituló en el primer Clásico Mundial del 2006.

 

El más temible de los bateadores cubanos en estas citas es uno de los tres en el equipo con tres Clásicos Mundiales, lo cual le da autoridad y prestigio frente a los 18 debutantes, a quienes los ve muy enfocados en la victoria, algo que imprimió el mentor Víctor Mesa desde el primer día del entrenamiento.

 

“Esa experiencia mía, como la de Yulieski Gourriel y Norberto González nos permite hablarle a los jóvenes y explicarle algunas cosas de este evento que no se parecen con ningún otro, aquí cada juego es un play off con mucha tensión”.

 

Cepeda no se considera ningún súper dotado, vive con la modestia del que hace bien las cosas sin pregonarla. Prefiere hablar del espíritu positivo y de las victorias que permitirán llegar a San Francisco, aunque en ese mismo minuto un niño japonés le pidió un autógrafo y puso el final más humano a una entrevista merecida.

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