El crimen de Barbados aún sigue impune

El crimen de Barbados aún sigue impune
Fecha de publicación: 
4 Octubre 2011
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Un acto terrorista de los tantos alentados desde suelo estadounidense contra el pueblo cubano aún clama hoy por justicia: el asesinato de 73 personas en un atentado contra un avión de Cubana en Barbados.

En la aeronave viajaban 11 jóvenes guyaneses para estudiar medicina en la mayor isla del Caribe, cinco funcionarios de la República Popular Democrática de Corea y 57 cubanos, entre ellos 16 esgrimistas del equipo juvenil, con sus entrenadores, técnicos y responsables.

Los deportistas volvían cubiertos de gloria a su país, al ganar todas las medallas de oro en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Caracas, categoría junior.

Sin embargo, los terroristas Luis Posada Carriles y Orlando Bosch - quienes emplearon a dos venezolanos para realizar la masacre, Hernán Ricardo y Freddy Lugo,- frustraron sus sueños de alcanzar los galardones de unos Juegos Olímpicos con el criminal sabotaje aquel 6 de octubre de 1976.

Los autores confesos de ese acto disfrutan aún de impunidad, apoyados en el silencio cómplice de los gobiernos estadounidenses, autoproclamados abanderados de la lucha contra el terrorismo, mientras dan abrigo en su territorio a connotados asesinos.

Detenidos por la justicia venezolana días después, los autores materiales e intelectuales del bárbaro acto lograron evadirse de la cárcel a pesar del clamor de todos los familiares de los mártires y el pueblo cubano.

Ante las abrumadoras pruebas, Estados Unidos trató de eludir el juicio por temor a que salieran a la luz las relaciones de Washington con los protagonistas de ese horrible acto, cuyas víctimas son una prueba más de una política agresiva del gobierno norteamericano desde el triunfo de la Revolución cubana en 1959.

Ninguna esfera económica y social ha escapado a esas acciones con el objetivo de infundir terror y desestabilizar al país.

La muerte de jóvenes maestros, campesinos y sus familiares, pescadores, de diplomáticos ponen al desnudo la hostilidad permanente hacia el pueblo cubano y su proyecto social.

Cuando las fuerzas progresistas del mundo alzan sus voces contra el crimen de Barbados, cinco cubanos, verdaderos luchadores contra el terrorismo, cumplen largas condenas por monitorear a los grupos extremistas radicados en el sur de La Florida.

Uno de esos cubanos, René González Sheweret, es nuevamente castigado por la jueza federal Joan Lenard, quien presentó una moción para mantenerlo por tres años en libertad supervisada, luego de cumplir más de 13 de indebida prisión.

El gobierno guerrerista de Estados Unidos, que ha mantenido el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba por más de 50 años, es incapaz de reconocer y aceptar ante el mundo, que el jueves termina legalmente la horrenda e injusta sentencia sobre René González.

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