Orlando Ortega: Cuando se trabaja por alcanzar los sueños

Orlando Ortega: Cuando se trabaja por alcanzar los sueños
Fecha de publicación: 
24 Octubre 2012
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Lo sorprendí en la pistilla, en medio de una mañana lluviosa, realizando ejercicios de estiramiento para luego encarar los tramos de 5x200 metros con 100 caminando intercalados.

 

Ni siquiera la pertinaz llovizna melló su disposición, y sucede que cuando se trabaja por alcanzar los sueños…

 

Se trata del vallista corto Orlando Ortega. Ya antes, en una oportunidad habíamos hablado de él previo a su incursión en el Mundial de pista cubierta de Estambul, de la cual no salió satisfecho por el hecho de recalar noveno (7.71 segundos) y no finalista como manifiesta querer ser en cuanta competición se presente de ahora en lo adelante.

 

Y no es cosa de locos señores, tengamos en cuenta que en su primera incursión olímpica el artemiseño de 21 años de edad,1.85 metros de altura y 74 kilogramos de peso, iniciado en el campo y pista por su abuela, la otrora velocista Cristina Echevarría Echevarría, se coló en la final de Londres, (sexto exactamente con 13.43), luego de dominar su heat eliminatorio y entrar segundo en su semifinal por detrás del estadounidense Jason Richardson, ambas carreras con idéntico registro de 13.26. Falta más, culminó el año en el sexto escaño del ranking mundial gracias a su tope personal de 13.09, al acecho del plusmarquista del orbe Aries Merrit (12.80), el chino Liu Xiang (12.97), y los también norteños Richardson (12.98), David Oliver (13.07) y Jeff Porter (13.08). Con esos precedentes…

 

Ahora, entre otras prioridades, esta su posible participación en la temporada invernal, aumentar la masa muscular para ganar en potencia y continuar puliendo su técnica.

 

¿La fórmula para un año tan relevante?


Tuve una excelente preparación, con algunos contratiempos, de los cuales salí rápidamente. Llegué en óptimo estado a la gira, y aunque solo competí dos veces en el circuito europeo, producto de una pequeña ruptura en el bíceps medio derecho, la recuperación fue acelerada, en menos de dos semanas, durante las cuales continuamos trabajando. Mi meta de cara a Londres estaba trazada: ser finalista y la cumplí. Mucho enfoque y la conducción acertada de mi entrenador Santiago Antúnez y el colectivo médico también influyeron.

 

¿En la tierra del Big-Ben que sucedió?


No supe administrar mis fuerzas y lamentablemente me quedé con las ganas. Fueron tres pruebas en dos días, semifinal y final con menos de dos horas de diferencia, mucha tensión e intensidad y un poco de inexperiencia a ese nivel. Todo eso combinado hizo que declinara mi potencia, tanto así de que técnicamente la califico como una mala carrera, si mal no recuerdo choqué como con cinco o seis vallas, algo que nunca me había sucedido.

 

Que se puede esperar de Ortega en próximas justas


Inicialmente que se acostumbren a verme como finalista. Para ellos necesito convertirme en un vallista parejo lo que se traduce en optimizar mi técnica de ataque a la primera valla. He desarrollado mi capacidad de reacción, me siento cómodo con los siete pasos iniciales, pero… Cuando esos detalles los mejore y manteniendo mi segunda mitad de carrera y remate, saldré a buscar a los mejores del mundo.

 

Todo mi trabajo lo dirigiré a materializar otro sueño: ser campeón olímpico y recordista mundial, algo que el norteamericano Aries Merrit ha puesto en extremo difícil con su 12.80, —siete centésimas en distancias cortas como los 110 con vallas son harto complicadas de rebajar—, pero hasta ahora no he hallado imposibles. Ya pienso en Río de Janeiro 2016, cuatro años en los que pueden suceder muchas cosas.

 

Confío en estar en el bloque de arrancada el día de esa final y… quien sabe.

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