Una telenovela para reír de lo lindo

Una telenovela para reír de lo lindo
Fecha de publicación: 
1 Octubre 2012
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En Cuba, el estreno de una telenovela siempre es un acontecimiento. Y si es cubana, mucho más. Los televidentes son fieles a las producciones nacionales, a pesar de que buena parte de ellas al final no cubren las expectativas. Después de propuestas más bien mediocres, la Televisión Cubana apuesta por un folletín con todas las de la ley: cien capítulos pletóricos de peripecias, más de 70 actores, una historia ambientada en los años 50 del siglo pasado. La pretensión es que el espacio de la serie nacional en Cubavisión (lunes, miércoles y viernes, 9:00 p.m.) transmita solo telenovelas. Auténticas telenovelas, las teleseries de otro tipo tendrán otro horario. Santa María del Porvenir debe marcar la diferencia.

Este lunes se transmitirá un making-of de la obra, el primer capítulo se emitirá el miércoles. Hace algunos días tuvo lugar la premier de la serie en el capitalino cine La Rampa. A los centenares de asistentes pareció encantarles la primera entrega: «Y eso que en ese capítulo no pasa mucho, más bien es la presentación» —dice Rolando Chiong (más conocido en el medio como el Chino Chiong), director de esta propuesta escrita por Gerardo Fernández y Lucía Chiong, a partir de una idea original de Fernández.

Esta es la segunda telenovela dirigida por Chiong. Foto: Yuris Nórido

El Chino cree que Santa María del Porvenir va a enganchar a la gente. Primero, por la cantidad de peripecias de su historia. «Siempre está pasando algo, es muy dinámica». En segundo lugar, y no menos importante, por los personajes, «que son deliciosos, muy simpáticos, los arquetipos del folletín».

El punto de partida de la telenovela parece interesante. En un pueblo tranquilo de la provincia de Matanzas —Santa María del Porvenir, pura invención— comienza una noche a caer dinero desde el cielo. La gente se apresura a recogerlo, creyendo que se trataba de un milagro. Pero en realidad el dinero lo dejaron caer unos tránsfugas desde una avioneta. Todos los enredos empiezan cuando esos individuos llegan al pueblo para tratar de recuperar el dinero.

Al Chino Chiong le parece que lo más atractivo de la serie es su capacidad para hacer reír. «Es una tragicomedia, básicamente. Es una historia con mucho costumbrismo, con mucha farsa, mucha comedia. Claro, tiene también su drama. En la telenovela caben casi todos los géneros dramáticos. Yo la he definido ya como una mezcla entre el programa humorístico San Nicolás del Peladero y la telenovela brasileña Roque Santeiro».

El Chino había dirigido hacía algunos años otra telenovela, Al compás del son, ambientada en la década de los treinta del siglo pasado. Fue, sin duda, un éxito de público.  Aunque, en honor a la verdad, la ambientación y la escenografía no estuvieron a la altura de la historia. Pero fue un buen debut en el género. Es de suponer que la experiencia lo haya ayudado en este nuevo empeño: «Claro, no cometí algunos errores. Aunque, francamente, algunas cosas ya se me habían olvidado. Me tuvieron en el banco mucho tiempo. Pareciera que no les gustó Al compás…»

El caso es que apenas le propusieron realizar este libreto, aceptó. «Me llamó la atención la originalidad de la propuesta. Bueno, no es que sea el non plus ultra de la originalidad, pero para el contexto cubano es bastante novedosa. No hacemos muchas telenovelas donde el principal ingrediente sea el humor. Además, era una historia de época, y a mí me gusta mucho la época, porque ahí puedes decir cosas, tratar aspectos que quizás en una serie ambientada en la actualidad no te dejarían decir».

 

Pero la época, obviamente, es mucho más compleja desde el punto de vista de producción. Y no vivimos precisamente tiempos de vacas gordas. «Yo por poco me corto las venas. Tuvimos muchos problemas con los recursos. No aparecía nada, había que estar inventando. Incluso hubo que cambiar el guión, adaptarlo a las circunstancias. Corríamos siempre el riesgo del anacronismo. Yo te digo que un director extranjero no podría hacer una telenovela en Cuba. Eso lo podemos hacer solo nosotros, que estamos al tanto de las carencias y somos especialistas en inventar. Yo me convertí en un mago.

«De todas formas, algunas cosas no quedaron bien. Te pongo un ejemplo, no hubo manera de conseguir una reja que pareciera de hierro para encerrar a uno de los personajes. La que conseguimos es evidentemente de madera, hubo problemas con la producción. Por ese estilo, pasaron muchas cosas. Pero el caso es que hicimos la telenovela, contra viento y marea».

La pregunta es: si resulta tan difícil hacer una telenovela, ¿por qué un realizador la asume entonces, pudiendo dedicarse a otras producciones? «La respuesta es sencilla: yo soy un masoquista. Me encanta el género, su capacidad de comunicación, la empatía que crea con el público. Yo soy un hombre de televisión, me gusta el reto de asumir un trabajo complejo, que me tenga un año entero trabajando. De hecho, eso es lo que más me gusta. No había pensado mucho en el tema, pero creo que la mayor satisfacción que tuve en esta oportunidad fue la de trabajar con tantos actores, para darle cuerpo a una idea tan compleja».

Y lo cierto es que la lista de intérpretes impresiona. Están aquí actores consagrados y también muchos jóvenes. Estos son solo algunos: Edwin Fernández, Félix Beatón, Sheila Roche, Rubén Breña, Zelma Morales, Teherán Aguilar, Max Álvarez, Jorge Luis López, Roberto Perdomo, Raúl Pomares, Armando Tomey, Eslinda Núñez, Deisi Quintana, Patricio Wood, Carlos Massola… y algunos familiares del Chino Chiong —porque el Chino es un hombre de familia: su hermana Lucía Chiong y dos de sus hijos. Son muchos más, «esta es una telenovela coral».

Todavía se trabaja en la edición de los capítulos. Foto: Yuris Nórido

Rolando Chiong luce satisfecho con la telenovela. «Aunque no del todo. Hubo gente que estuvo en el equipo que no merecía estar allí. No quedé contento con su trabajo. No voy a decir nombres para no herir sensibilidades».

Pero con todo, cree que Santa María del Porvenir será un éxito. A la gente le gusta ese realismo mágico que ha hecho época en este lado del mundo. Y la telenovela tiene mucho de eso. «Va a gustar, estoy casi convencido».

 

Comentarios

Ojalá sigan subiendo los videos a Youtube, en serio, muchas gracias!!! Es la primera novela cubana que veo y me ha gustado mucho, me río y me hacen sentirme más cerca de mi Cuba.
Hasta ahora, más que reír, hemos llorado bastante y no por excesos dramáticos, sino por dramática incapacidad de articular una historia NOVELESCA en el contexto cubano. En 5 ó 6 capítulos, Santa María del Porvenir, no ha salido del estatismo. Varias peripecias en torno del asunto-base: el dinero 'caído del cielo'. Presentaciones generales, anecdóticas de buena parte de un desmedido elenco. Y poca o ninguna trama lo suficientemente fuerte, para atrapar la atención del espectador... Curiosa es la falta de jerarquía argumental. Parecería que con la justificación de que es una 'novela coral', todos, hasta el perro de la plaza, merece su cuarto de hora, olvidando que existe una dosificación, nada gratuita entre protagonistas, antagonistas, secundarios y de apoyo... Tanta técnica de guión a Gerardo Fernández (o a Gerardo y Lucía), sólo le han servido para articular - con cierta eficiencia - las situaciones en torno de la caída de los 14 millones de pesos (cifra sin dudas excesiva para la época), y los primeros intentos para recuperarlos/ retenerlos. Si uno de los personajes logró acumular la friolera de ¡100 mil pesos! en la Cuba del 52 ¡¿qué hace aún en Santa María del Porvenir?! Francamente, la premisa, aunque parece 'original' e 'interesante', está forzada por estos cabos sueltos. Que seguirán a juzgar, porque esto es lo ÚNICO que parece unificar la historia (no un par de protagonistas fuertes o algún asunto mucho más próximo a nuestra experiencia cotidiana, ya que la Cuba que ellos retratan, hace mucho que existe, no por falta de esfuerzos conscientes para erradicarla). Y ahí es donde le veo otro lado flojo: tanto consejal, alcalde, politiquería de sainete a esta altura del campeonato, ni siquiera por la parte 'pedagógica' se justifica. Las novelas didácticas del pasado, PASARON. Valdría, si hubiera una metáfora en Santa María... con respecto a la realidad actual, tal ausente - a pesar de los esfuerzos - en las producciones modernas, que más que 'realidad', juegan al 'periodismo', que es un poco diferente... Este tren tiene más vagones y pasajeros de los que puede cargar y por ende, quizás se descarrile antes de llegar a la próxima estación. Pero nosotros, aún sabiendo el descalabro, tendremos que subirnos y hacer el viaje, pues NO HAY MÁS OPCIONES.
ERRATA: ya que la Cuba que ellos retratan, hace mucho que NO existe, no por falta de esfuerzos conscientes para erradicarla.
Es verdad que para los gustos se han hecho los colores. Si lo que quieren es llorar vean las brasileñas y si lo que queremos ahora es refrescar, pues me parece que esta telenovela es una buena oferta para entretenernos. Tengo un vecino que nunca ve las telenovelas cubanas y desde mi casa lo oigo reirse. Ese hombre ni de sus problemas se acuerda cuando se sienta frente al televisor. Yo como no soy crítico de arte cuando me siento en la TV no sufro pensando si con 100 mil pesos un personaje no puede quedarse en su pueblo natal y tiene que irse para París o comprarse un Audi para pasearse en las avenidas de Nueva York. Ni pienso en eso de cuantos vagones trae ni cuantos pasajeros pues eso precisamente vagones y cientos de pasajeros tienen las brasileñas, hechas con millonarios recursos y resistimos viendo hasta 150 capítulos. Señores, el que está en negativo, por favor, que no transmita ese aire a la gente que los cubanos necesitamos vivir momentos de alegría propia. De verdad que de todo hay en la Villa del Señor......
Me parece una novela refrescante con buenas intenciones aunque no sea de un guion complejo a pesar de las carencias lograron un buen ambiente y excelentes actuaciones hay otros que prefieren ir a los bancos y sacar las macabras y tragicas telenovelas mexicanas y se disparan hasta 150 capitulos... para gustos los colores Somos muy exigente con los cubanos pero a los brasileños nadie dice nada de los esclavos tambien a estas alturas por favor a estos excelentes crticones que escriban un buen guion

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