Terremotos en Cuba: Ni el primero ni el último

Terremotos en Cuba: Ni el primero ni el último
Fecha de publicación: 
30 Enero 2020
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Entre los terremotos de mayor intensidad acontecidos en Cuba y de los que se tenga información, el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas registra entre los primeros al ocurrido en la entonces Villa de San Salvador de Bayamo, el 18 de octubre de 1551.

Los bayameses de entonces vivieron un terremoto de 5,8 de magnitud según la escala de Richter.
Sin embargo, entre los más fuertes de esa época colonial queda inscrito el que aconteció en Santiago de Cuba el 12 de junio de 1766, anotado con 7,6 grados en la escala de Richter.

El destacado geógrafo cubano profesor Esteban Pichardo, remitiéndose al recuerdo de sus parientes escribió sobre el sismo: «Mi familia materna residía en Santiago de Cuba cuando sucedió el memorable temblor de tierra de 1766: víctima mi bisabuelo el Rejidor Sabiñón y herida mi madre en la frente siendo niña... el resto con ella abandonó su país y se refugió al más próximo de Sto.Domingo. Ese Terremoto fue el más espantoso del siglo pasado»

Y si fue ese movimiento telúrico el de mayor magnitud ocurrido en el siglo XVIII cubano, en el XIX destaca como más relevante de esa centuria el terremoto sucedido también en Santiago de Cuba, el 20 de agosto de 1852.
Con magnitud de 7.3 en la escala de Richter e intensidad de 9, aseguran echó al suelo más de mil viviendas a la vez que afectó constructivamente iglesias e inmuebles de la administración colonial.

Tan tremendo fue que hizo deslizar enormes piedra en las montañas de la Sierra Maestra, fracturó la tierra en muchos sitios donde se formaron hondas grietas, y pudo percibirse hasta Camagüey así como en Jamaica y lo que se llamó La Española.
Comenzando la tercera década del siglo XX, en Santiago de Cuba se registró el 3 de febrero de 1932, un terremoto catalogado entre los más fuerte de esa centuria.

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Daños en Santiago de Cuba ocasionados por el terremoto de 1932

En cuanto al mismo, en su Trabajo de Diploma para el título de Ingeniera Geóloga, Leysa Madian Peña Fernández, de la Universidad de Moa, recuerda que «El 80% de los edificios de la ciudad sufrió algún tipo de daños y se reportó el fenómeno de licuefacción - el suelo pierden bruscamente su resistencia mecánica ante una carga dinámica rápida y se comporta momentáneamente de modo similar a un fluido-, en la zona del puerto, en la Alameda específicamente».

Mucho más cercano en el tiempo, destaca en 1991, el movimiento telúrico acontecido en las cercanías de Cabo Cruz, provincia Granma, con 6.9 grados en la escala de Richter.

¿Por qué el oriente cubano?

No solo Santiago ha sufrido terremotos, en general, la zona suroriental de Cuba es la de mayor peligrosidad, por estar vinculada al sistema de la conocida como Falla Oriente, así precisó al periódico Granma el doctor en Ciencias Tomás Chuy Rodríguez , especialista del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS).

También del Cenais, el investigador Raúl Palau Clares, en el artículo Determinación automática del umbral de detección de una red sismológica, consigna que «el oriente cubano es una zona de alto riesgo sísmico por la proximidad a la frontera de placas entre Norteamérica y el Caribe conocida como Falla Oriente en la costa sur desde Maisí hasta Cabo Cruz y por la costa norte la prolongación de la falla septentrional desde Maisí hasta Moa aproximadamente, estas fallas son las responsables del 90 % de la sismicidad y de los terremotos más fuertes ocurridos en Cuba».

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Sin embargo, otras porciones del territorio nacional también han sido víctimas de esos movimientos telúricos de consideración de como San Cristóbal, Artemisa (en 1880); Remedios y Caibarién (en 1939), poblado de Alonso Rojas, Pinar del Río (en 1981), y Jagüey Grande, Matanzas (1982), según recordó el doctor Chuy.

El pasado año, esta Antilla Mayor tuvo una sismicidad caracterizada por cerca de tres mil terremotos, de ellos solo seis perceptibles. De estos últimos, cinco fueron en la zona sur-oriental y uno en la Península de Hicacos, Varadero; todos resultaron de baja magnitud y con total ausencia de daños.

De acuerdo con los expertos cubanos, el sismo ocurrido el pasado martes 28, a las 2:10 pm, fue el más grande instrumentalmente registrado en la historia del servicio sismológico cubano, desde 1964.

Su magnitud fue de 7.1 en la escala de Richter y no causó daños humanos ni afectaciones materiales de gran envergadura porque su epicentro se ubicó en el mar, a unos 125 kilómetros al suroeste de Cabo Cruz y a 145 kilómetros al suroeste de Niquero, Granma, y a una profundidad de unos 20 kilómetros.

Sobre todo se sintió el temblor al sur oriental, pero hubo reportes de perceptibilidad prácticamente en todo el territorio nacional, fundamentalmente en edificios altos.

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Espirituanos buscaron espacios abiertos Foto: Trabajadores

Cubasí reportó, multiplicando las declaraciones ofrecidas a la televisión cubana por el doctor Enrique Arango Arias, jefe del Servicio Sismológico Nacional y vicedirector técnico del CENAIS, que no existía posibilidad de ocurrencia de tsunami.

A pesar de que los sistemas internacionales de alerta de tusnamis habían dado el aviso debido a que automáticamente disparan la alerta al detectar un terremoto de magnitud mayor a 7 en la escala Richter, tal peligro nunca existió realmente debido a que el terremoto «se localizó en la zona de falla conocida como Falla Oriente, y esta zona de falla tiene un mecanismo de desplazamiento latera que no genera tsunamis», indicó el especialista.

Desde entonces y al momento de redactar estas líneas, se habían sucedido unas 500 réplicas, concentradas sobre todo al sur de Islas Caimán. El Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas y el Instituto de Ciencias del Mar mantenían una vigilancia permanente de acuerdo con la Nota Informativa No. 1 del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, emitida el propio día 28 de enero.

Cazaterremotos cubanos

El Servicio Sismológico Nacional de Cuba, con una veintena de estaciones sismológicas en todo el territorio cubano, es el encargado de desarrollar, gerenciar y ejecutar proyectos de investigaciones sismológicas fundamentales y aplicadas que se requieran en el Archipiélago Cubano y zonas adyacentes y estudios geodinámicos, geológicos y geofísicos vinculados con las actividades sismológicas.

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        Estaciones sismológicas. CENAIS

Brindar servicios de asesoría y consultoría en lo relacionado con la aplicación de la Norma Sísmica Cubana en el país figura también en su objeto social, así como ofrecer y participar en servicios de asesoramiento, de conjunto con el Ministerio de la Construcción, en la elaboración y el perfeccionamiento sistemático de las normas de diseños sismo resistentes.

También brindar servicios científico – técnicos dirigidos a la evaluación del riesgo ante amenazas naturales, en particular las sísmicas, en nuestro país, así como asesorías en los estudios de impacto ambiental.

El Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas, también radicado en Santiago de Cuba, tiene como misión contribuir a la mitigación del riesgo sísmico en Cuba mediante investigaciones sismológicas y geodinámicas fundamentales y aplicadas, y el monitoreo de la actividad sísmica.

Estas entidades recuerdan que durante un terremoto se debe actuar con tranquilidad y si se en encuentra uno bajo techo debe protegerse debajo de una mesa, escritorio, pupitre o cama resistente.

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De no existir esas posibilidades, las personas se deben ubicar debajo de una viga, al lado de una columna o en una esquina de la edificación en posición fetal. Es importante alejarse de ventanas, espejos o puertas de vidrios.

En caso de encontrarse en un lugar público concurrido, se debe contribuir a una salida ordenada para evitar tumultos que puede ocasionar daños a los presentes. Si se está en la playa, se debe salir rápido del agua retirándose de la orilla y ubicándose en un lugar elevado, al menos a 300 metros del mar porque pudieran ocurrir grandes marejadas.

No debe usarse ascensores ni durante ni después del fenómenos sísmico y tampoco es convenientes caminar descalzo. Una vez finalizada la percepción del terremoto, cabe esperar réplicas, de ahí que no deben descuidarse las medidas de protección y permanecer siempre atento a la información emitida por las entidades cubanas.

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