Pentágono agudiza cisma entre ciudadanos de Iraq

Las declaraciones de funcionarios en Bagdad y Erbil, capital de la región autónoma iraquí del Kurdistán, confirman el antagonismo entre el gobierno federal y el kurdo sobre el tema.

Ese encontronazo, al parecer, es el último clavo del ataúd de una alianza histórica, establecida para luchar contra el gobierno del difunto Saddam Hussein.

A 17 años del derrocamiento de Hussein, apenas quedan pocos restos de aquella coalición, luego de que los bloques parlamentarios chiítas votaron por el fin de la presencia de tropas extranjeras, mientras sunitas y kurdos se retiraron del hemiciclo.

La alianza surgida también como parte de su rechazo a los sunitas, sin embargo, aceptó una Constitución que distribuía cargos entre todas las principales etnias del país y que redactaron los estadounidenses y la ONU.

Los defectos de esa carta magna acarrearon divergencias entre kurdos y chiitas, en especial en el artículo 140 que no aclaró del todo disputas por la ciudad de Kirkuk y otras regiones.

Hasta ahora esas escaramuzas quedaron resueltas al invocarse lo que los unió contra Hussein, pero en lo actual cambia el panorama por el rechazo unánime de una de las partes a las tropas estadounidenses.

El presidente del Kurdistán iraquí, Nechirvan Barzani, criticó al parlamento federal que no contó con todos (kurdos y sunitas) para su decisión.

El bloque chiita adoptó esa posición sin consultar a componentes clave, de tal manera que se violó el espíritu de la ley de leyes.

'Eso no es bueno para Iraq, ni ahora ni para el futuro', resumió.

A juicio del presidente de la región autónoma iraquí, las tropas estadounidenses están desde 2014 por invitación del gobierno y en consulta con el Consejo de Seguridad de la ONU para combatir al Estado Islámico.

En su opinión, las fuerzas de la coalición militar que encabeza el Pentágono apoyan en el combate contra la banda extremista que, según informes de Inteligencia, comenzó a reagruparse y realiza ataques diarios en el país.

El experto en seguridad y estrategia, Hisham al-Hashemi, aportó otra arista del diferendo, 'la presencia de Estados Unidos en Iraq es para controlar sus intereses en la región', dijo.

Su despliegue ayuda a proteger sus aliados en Medio Oriente y para bloquear la ruta entre Irán y El Líbano, aseguró.

En la percepción popular, los efectivos norteamericanos irrespetan la soberanía iraquí y uno de los ejemplos más recientes ocurrió con el asesinato en Bagdad del general iraní Qassem Soleimani.

Para ese atentado que también cortó la vida al subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Iraq, Abu Mahdi al-Mohandes, el Pentágono violó todo protocolo militar y civil con un ataque aéreo contra una persona invitada por el Gobierno.

Ya había otras expresiones de rechazo a la presencia en Iraq de tropas norteamericanas, pero esa acción, calificada en igual rasero que las cometidas por el Estado Islámico, colmó la copa de la mayoría de los diputados del país árabe.