DE LA HISTORIA DEPORTIVA: Estrella fugaz del decatlón: Glenn Morris

DE LA HISTORIA DEPORTIVA: Estrella fugaz del decatlón: Glenn Morris
Fecha de publicación: 
3 Enero 2020
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Los nazis han preparado muy bien a sus decatlonistas con el fin de demostrar su superioridad en la más plena prueba del atletismo en Berlín 1936, sede que no debió ser y fue para manchar el certamen rescatado por el humanista Pierre de Coubertin.

En la capital alemana se ha confundido el saludo de los hitlerianos con el olímpico.

Los representantes germanos de la especialidad poseen alta calidad y se han preparado muy bien. Los entrenadores han depositado las esperanzas mayores en Huber.

Un trío de estadounidenses son sus máximos contrarios: Glen Morris, Robert Clark y Robert Parfier. El primero, un novato nacido en Simia, Colorado, el 18 de junio de 1912, al totalizar 7 880 puntos en la justa suprema de su país., dejó atrás en vísperas del gran certamen la marca mundial del alemán Sievert, aunque aquella hazaña todavía no ha sido reconocida por la Federación Internacional de Atletismo.

XI Juegos. Los momentos de la verdad en los diez combates agrupados. Correr, lanzar, saltar. Morris demuestra que está fuera de grupo. Sus resultados: 11.1 en los 100 planos; 14.9 en 110 con vallas; 49.4 en 400; 4:33.2 en 1 500; saltó 6.97 en largo; 1.85 en alto y y 3.50 con la pértiga; discazo de 43.02, la jabalina a 54.52 y la bala a 14.10. Ni el mejor de los contrincantes puede llegar allí ni en sueños.: ha roto el récord del orbe.

Ahí no se queda el dolor de los hitlerianos. El señor Huber es hundido al cuarto peldaño al acumular 7 087, superado también por Clark y Parfier con 7 601 y 7 275 respectivamente.

Atleta con las condiciones en ascenso, Glenn podía aspirar a seguir contendiendo y aun mejorar la plusmarca. Llegar a Londres 1948, interrumpida la gran cita por la Segunda Guerra Mundial, no le sería fácil a sus 36 años, aunque era joven todavía, sobre todo en relación con la citada especialidad.

Prefirió despedirse. En relación con este adiós declaró: “El decatlón es muy duro; en el entrenamiento me duelen hasta los huesos. Y no solo de medallas vive uno. La gloria es muy linda, los aplausos...., pero hay que ganarse la vida y no es fácil”.

Glenn Morris fue una estrella fugaz en el firmamento atlético, golpeado también por la conflagración. ¿Qué no golpeó...?

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