Trump, persona non grata para movimientos sociales del Reino Unido

Trump, persona non grata para movimientos sociales del Reino Unido
Fecha de publicación: 
2 Diciembre 2019
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La convocatoria que circula en las redes sociales exhorta a los manifestantes a concentrarse en la céntrica plaza de Trafalgar, para después marchar hacia las inmediaciones del Palacio de Buckingham, donde la reina Isabel II ofrecerá una cena a los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Para los activistas políticos británicos, con sobrada experiencia en eso de protestar contra Trump, pues en sus anteriores visitas de 2018 y junio pasado también organizaron sendas manifestaciones multitudinarias, el mandatario norteamericano es un racista, un misógino y un negador del cambio climático.

A la nada grata presencia del gobernante en la capital británica se suma la celebración de una cumbre de la alianza atlántica los días 3 y 4 de diciembre, por lo que para los movimientos sociales será como 'matar dos pájaros de un tiro'.

La cumbre es una oportunidad crucial para oponerse a Trump, a su belicismo nuclear, su intervencionismo y su destructiva agenda política y social. Unámonos contra la guerra y las agresiones militares, y asegurémosnos de darle la respuesta que se merece, apunta la convocatoria.

De su lado, la cofundadora de la coalición Stop the War, uno de los grupos a cargo de organizar la protesta, Lindsey German, confirmó a Prensa Latina que el miércoles intentarán llegar hasta el hotel donde se reunirán los 29 líderes de la OTAN para celebrar de paso los 70 años de la alianza militar liderada por Estados Unidos.

Se van a reunir en Watford, en un gran hotel aislado y fácil de defender para la Policía, pero allí estaremos, aseguró.

La visita de Trump también mantiene en ascuas al gobernante Partido Conservador británico, aunque por motivos totalmente diferentes.

Para los Tories, la posibilidad de que el mandatario norteamericano haga gala de su acostumbrada indiscreción, y vuelva a inmiscuirse en la política local podría resultar cuando menos contraproducente a pocos días de los comicios generales en el Reino Unido.

Es tanta la preocupación que el primer ministro Boris Johnson admitió que prefería que Trump se abstuviera de opinar sobre las elecciones del 12 de diciembre.

Cuando hay dos amigos y aliados tan cercanos como lo son Estados Unidos y el Reino Unido, lo mejor es que ninguno de los dos se involucre en las campañas electorales del otro, declaró Johnson el viernes pasado a la emisora local LBC.

Trump, quien nunca ha ocultado sus simpatías por Johnson, declaró en octubre pasado que el gobernante conservador británico era la persona adecuada para dirigir los destinos del país europeo.

Por si eso no bastara, Trump también exhortó a los electores a no votar por los laboristas, tras advertir que su líder, Jeremy Corbyn, los llevaría por un mal camino.

Durante su estancia en Londres en junio pasado, el presidente estadounidense también desató un torbellino de críticas, al asegurar que una vez que el Reino Unido abandone la Unión Europea, Washington y Londres firmarán un acuerdo de libre comercio donde todo, incluido el sistema de salud pública (NHS), entrarían en las negociaciones.

Aunque posteriormente el mandatario estadounidense se retractó de sus declaraciones, la posibilidad de que los conservadores 'vendan' el NHS a las corporaciones norteamericanas es una de las cartas que manejan los laboristas en la actual campaña electoral.

La semana pasada, Corbyn incluso presentó a la prensa un documento que, según dijo, demuestra que ambos gobiernos mantuvieron al menos seis rondas de conversaciones secretas sobre el tema.

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