Omara Durand: la velocidad está de cumpleaños

Omara Durand Elías era una niña de 15 años cuando debutó en pistas internacionales. Ocurrió en Sao Paulo, Brasil, durante los Juegos Mundiales de la Asociación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA, por siglas en inglés). Allí se hizo dueña de la velocidad.

Días después su nombre resonó junto al de otros compañeros en los III Juegos Parapanamericanos de Río de Janeiro 2007. La Ciudad Maravillosa fue testigo de su primer triplete dorado.

El año siguiente resultó el peor de su carrera. Arribó a la capital china, Beijing, con los sueños propios de una adolescente, mas una lesión le impidió reinar por primera vez a nivel paralímpico. Tendría tiempo para demostrar su calibre.

En 2011, la ciudad mexicana de Guadalajara la vio convertirse en la mujer discapacitada más rápida sobre las pistas, capaz de bajar por primera vez de los 12 segundos en el hectómetro. Esos Juegos Parapanamericanos marcaron el comienzo de una nueva época con apenas 19 “abriles” cumplidos.

Poco antes se había anunciado con su primer récord mundial, en la lejana urbe neozelandesa de Christchurch. La marca de 24.24 segundos en 200 metros, y bajar de los 55 segundos en los 400 indicaron la presencia de una gran promesa en la categoría T13 (débiles visuales).

En la cita paralímpica de Londres 2012 se consolidó con un par de títulos, y poco después le llegó la mejor noticia: iba a ser madre. El nacimiento de Erika dio otra connotación a su vida.

La reaparición competitiva tuvo lugar en 2015 y sucedió de modo triunfal. La habían clasificado como T12 (débiles visuales profundos), así que podía correr con un guía.

En la fiesta continental de Toronto legó cotas en 100 y 200 metros, además de imponerse en la vuelta al óvalo. Fue el preámbulo de una actuación histórica en el Campeonato Mundial de Paratletismo de Doha, Catar, donde reiteró su fama con una trilogía dorada con 11.48, 23.03 y 53.05 segundos.

La madurez la distinguió en los Paralímpicos de Río de Janeiro 2016. Allí bajó en 100 metros hasta los 11.40 segundos; y en 400 hasta los 51.77. En 200 quedó a dos centésimas de su propia marca mundial. Fue, indiscutiblemente, la que más brilló.

Las tres últimas campañas la han visto inalcanzable en esas carreras, con máximas expresiones en el Mundial de Londres 2017, los Parapanamericanos de Lima 2019 y el reciente evento del orbe en Dubai.

Nada le queda por ganar a Omara, quien este 26 de noviembre cumple 28 años y continúa su desafío en las pistas, pensando en los Paralímpicos de Tokio 2020.

A su regreso de Dubai, afrontando una lesión, JIT conversó con ella en la vivienda de su madre en el municipio Arroyo Naranjo.

¿Cómo evaluaron esta lesión? ¿Podrás recuperarte para Tokio?

Esta vez ocurrió en la pierna izquierda. Me diagnosticaron una ruptura de grado dos. Ya me hicieron un tratamiento basado en la infiltración de células madre. Seguiré ahora con oxigenación hiperbárica y fisioterapia.

Según los médicos, si todo sale bien en enero podré comenzar la preparación para Tokio. Aspiro a llegar en buena forma y ganar todo lo posible.

Viviste otro mal momento en este 2019…

Sí, por primera vez un panel médico no certificó mi clase. Ocurrió en Sao Paulo, en el Mitin de Loterías Caixa. Pasé muy malos ratos, hasta perdí un poco el interés, pero la familia, mi entrenadora Miriam Ferrer y el Inder apoyaron para que asistiera a un evento en Polonia, donde me ratificaron T12.

Fue un bache en la preparación, pero cumplí los objetivos en Lima y Dubai.

¿Eso nunca te había pasado?

No. Desde niña padezco de catarata congénita, una enfermedad degenerativa. Primero era T13 y ahora T12, es decir tengo peor visión ahora. Las clasificaciones son más rigurosas cada vez, a partir de la aplicación de adelantos científicos. Eso elimina cualquier trampa.

¿La discapacidad te llevó al deporte?

Al principio no. Era una niña normal en mi reparto Chicharrones, en Santiago de Cuba. Vivía tranquila, jugaba con los niños del barrio, no era de correr, saltar ni hacer deportes. Pasaba más tiempo en la casa con mis juguetes y muñecas.

Me gustaba el deporte, sobre todo el voleibol cuando veía a aquellos grandes equipos de Cuba.

También practiqué un poco de gimnasia rítmica y luego el profesor Reinaldo Cascaret me captó para atletismo, al verme en las clases de Educación Física.

Quise probar en las carreras, me llamaban más la atención. Así me apasioné y en 2005 obtuve el primer lugar en los 400 metros en un evento nacional para personas con discapacidad, celebrado en Santiago.

¿Por qué en el debut internacional no incursionaste en los 400?

Se debió a una ligera molestia. Los entrenadores decidieron preservarme. Estaba bien en aquellos Juegos Mundiales de IBSA, gané en 100 y 200. Y poco después obtuve los tres oros en los Parapanamericanos de Río.

China para olvidar… ¿Pensaste conquistar el Nido de Pájaros?

Llegamos con bastante tiempo de antelación a la competencia. Nos entrenamos en una academia de educación en Beijing, todos esperábamos buenos resultados, pero lo impidió una lesión en el bíceps femoral de la pierna derecha.

Mi entrenadora, el fisioterapeuta Abdel y la doctora Miriam Valdés trabajaron mucho conmigo, durante días y noches, pero solo llegué a las finales de 100 y 200 sin medallas, y en la de 400 no terminé.

Luego comenzaron a llover los oros…

El Mundial en Nueva Zelanda me dio mucha confianza con mi primer récord del mundo en los 200. En Guadalajara no quería correr porque había pocas atletas, pero hice 11.99 segundos. Primera vez que se bajaba de los 12 flat. En los Paralímpicos de Londres 2012 no hubo 200, pero gané mis primeros oros a ese nivel.

Pero Londres ofreció una doble alegría…

Culminando los eventos conocí que estaba embarazada, eso fue algo más grande todavía.

Erika, Bicet, la familia, Miriam, Yuniol…

Son personas muy importantes en mi vida. Erika llegó para agrandar y dar más alegría a la familia. No le gusta tanto el deporte como a mi esposo Noleisis Bicet, exmartillista del equipo nacional, y a mí. Ella prefiere el arte y por eso integra La Colmenita.

Mi madre Adis ha sido vital en mi vida, y más con la niña. Miriam es una segunda mamá, comenzamos a entrenar desde mi llegada al equipo nacional. Todos los resultados se los debo a ella.

Yuniol, mi guía desde el 2015, no pudo asistir a los Parapanamericanos de Toronto, pero después, en el Mundial de Doha, la vida nos dio la razón: tres récords mundiales.

Por cierto, entre 2015 y 2016 cayeron siete marcas del orbe…

Fueron dos años muy buenos, con siete récords en nueve pruebas, incluidas las tres de los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro. Siempre he dicho que en cada carrera damos nuestro mayor esfuerzo. Y después seguimos entrenando como si esas medallas y marcas no fueran nuestras.

Una cubana nominada al Laureus y siempre Fidelista…

Bueno, es un gran reconocimiento ser la única de Cuba nominada a los Premios Laureus. Ese es otro logro de la Revolución. También fue muy lindo que este año, en Lima, pudiera dejar mis huellas en el estadio, como mismo hizo Usain Bolt. Esos reconocimientos y las medallas se deben al deporte socialista cubano. Para mí nunca han significado solo fama.

Nunca voy a cansarme de decir que soy Fidelista, pues el Comandante en Jefe será siempre el primer impulsor del deporte. Nosotros estamos aquí por eso. Por tanto, me debo a él y a mi pueblo.

CRONOLOGÍA DE COMPETENCIAS

Nota: En negritas los récords.